Badalona

El nacionalismo, así como la izquierda reaccionaria que suele acompañarle, ha llegado a la conclusión -el asunto colea desde hace una década- de que Badalona, de la mano de Xavier García Albiol, es el laboratorio del PP. Laboratorio, ¿de qué? Del populismo, de la xenofobia, del racismo, del lepenismo, del españolismo rancio . Con el nuevo mandato municipal de Xavier García Albiol , la idea ha vuelto a la actualidad. Y el caso es que Badalona, efectivamente, es un laboratorio del populismo, el chovinismo, la xenofobia y el supremacismo. Pero, del nacionalismo.

Conviene detenerse en una de las reacciones producidas la pasada semana, después de la recuperación de la alcaldía por parte del candidato del PP que, por cierto, ganó holgadamente las municipales celebradas el pasado año. Anoten: «Albiol es una auténtica anomalía en el panorama municipal catalán». Anomalía: desviación o discrepancia de una regla o un uso. Y es verdad: Xavier García Albiol es una auténtica anomalía. Un discrepante del régimen nacionalista que cuestiona ese pegajoso pensamiento único - populismo nacionalista, narcisismo primario, síndrome de la nación elegida, afirmación heráldica, xenofobia del bienestar - que todo lo impregna y contamina. En este sentido, Badalona es un doble laboratorio: el de quien, además de plantarse frente al nacionalismo identitario y etnicista, busca el bienestar de la ciudadanía más allá de los aires y nostalgias nacionalistas; y el de quien prioriza la hegemonía y/o supremacía de un grupo étnico dominante por encima del bienestar ciudadano.

Para uno, lo que importa es la sanidad, la escuela, las infraestructuras, la economía, la dependencia o la seguridad . Para los otros, lo primero es el gobierno de los nuestros y no de ellos, y después ya se verá.

Y uno se pregunta por qué el municipio ha de ser un campo de batalla identitario. Y más, si tenemos en cuenta que la renta per cápita de Badalona es de 20.000 euros mientras que la de Cataluña es de 30.000. Menos nación y más Badalona .