Martín Barra - Tribuna Abierta

Dudas ante las cifras de la pandemia de COVID-19 en Cataluña

«En medio de una situación de pandemia, la correcta gestión de los datos es fundamental porque de ello depende la toma de decisiones necesarias para la salud de toda la población»

Martín Barra

Si algo sabemos con certeza en la actual crisis del COVID-19 es que en España se han hecho muy pocos test , tanto de presencia del virus (los famosos PCR) como de presencia de anticuerpos (test rápidos), por lo que todas las cifras, sea de contagiados o de fallecidos, reflejan valores inferiores a la realidad .

No obstante, si se sigue una misma dinámica y metodología de recogida y análisis de datos, aun siendo incompletos, permiten establecer la pauta de la evolución epidemiológica de la patología. Pero si a las cifras incompletas se les añade una mala gestión, la combinación es muy peligrosa .

Es oportuno recordar la frase popularizada por Mark Twain (de autoría incierta, aunque se la atribuyó a Benjamin Disraeli) cuando durante uno de sus muchos viajes decidió calcular su producción literaria en base a la relación de horas de trabajo y palabras escritas: «Las cifras a menudo me engañan, particularmente cuando las gestiono yo mismo; en cuyo caso la observación atribuida a Disraeli se podría aplicar con toda justicia: hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas ».

En estos días que somos testigos de oscilaciones en las cifras de afectados y de fallecidos que harían palidecer de vergüenza al péndulo de Foucault, se impone una revisión de la situación.

El pasado viernes, coincidiendo (qué casualidad) con el anuncio de pase de Barcelona y su zona metropolitana a la fase 1 de la desescalada, se sumaron 635 nuevos casos, con lo que el total de fallecidos en Cataluña con prueba de PCR positiva reflejado por el Ministerio de Sanidad pasó en un día de 6.021 a 6.656.

Mientras Fernando Simón, director del CCAES, se quejaba de problemas con los datos procedentes de Cataluña y añadía : «No es baladí no saber qué está pasando en Cataluña» ; la Consellera de Salut Alba Vergés manifestaba lo siguiente: «Nosotros hemos dado siempre estos datos, no han aparecido de nuevo. Lo han hecho en las bases de datos del ministerio porque pide estas fichas epidemiológicas y es en la validación de estas fichas, caso por caso, que han entrado este volumen de datos».

Las fichas que pide el Ministerio son las que permiten una homogeneidad de datos entre CCAA para poder hacer series epidemiológicas útiles y, aunque en Cataluña se hace una gestión diferente de las cifras (según el Departament de Salut para informar mejor a la población) eso no debería haber sido un problema para completar, validar y entregar a tiempo las fichas que pide el Ministerio.

Pero el problema no ha sido solo la falta de competencia o de agilidad en completar las fichas epidemiológicas. Ese mismo día, además de los 635 fallecimientos incorporados por primera vez, aún había otros 298 fallecimientos que la Generalitat seguía sin informar al Ministerio. Al día siguiente, el desfase entre los datos que tiene la Generalitat y los que se han entregado al Ministerio se incrementó hasta los 360 fallecimientos .

Lamentablemente, esta dejadez no era una novedad. A fecha 23 de abril Cataluña era la Comunidad Autónoma que menos casos de afectados (el 4,3%) por COVID-19 había notificado a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), hecho que motivó que este diputado registrase pregunta parlamentaria para conocer las causas.

Ítem más. En fecha 28 de marzo se puso en marcha la web gestionada por AQuAS desde la que podemos consultar datos actualizados diariamente. Ese mismo día saltó la noticia, recogida en varios medios, de que había muchas zonas con peores datos que los de la Conca d'Òdena, que el Govern tenía clausurada al considerarla un foco de especial trascendencia. Al día siguiente, los datos de la mayoría de zonas disminuyeron y la zona de Igualada y alrededores, ahora sí, presentaba los peores datos de toda Cataluña. ¿Error inicial? ¿Intencionalidad? También ese hecho provocó que, junto a mis compañeros Jorge Soler y Blanca Navarro, registráramos preguntas parlamentarias.

A la mala gestión del Departament de Salut se suman los cambios de criterio del Ministerio de Sanidad que han provocado que en su información del 25 de mayo la cifra de fallecidos en Cataluña baje a 5.575 personas, cuando ese mismo día la Generalitat registra 7.063 fallecimientos con PCR positiva.

La Consellera Vergés ha manifestado que estos datos son erróneos porque han tenido problemas con el nuevo sistema y los datos no se han cargado bien . Excusa vana si tenemos en cuenta que el desfase de cifras ya se arrastra desde hace tiempo.

Los catalanes no nos merecemos que la Generalitat haya estado haciendo dejación de funciones al trasmitir los datos al ministerio, o que se modificara la web de AQuAS el primer día para que los datos ofrecidos encajaran con el discurso del Govern. En medio de una situación de pandemia, la correcta gestión de los datos es fundamental porque de ello depende la toma de decisiones necesarias para la salud de toda la población.

Parafraseando a Mark Twain: «Cuando las cifras las gestiono yo mismo, y a mi manera, a menudo me engañan».

Martín Barra es diputado de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña

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