Una «mala genética» dobla el riesgo de sufrir un infarto de miocardio
Un nuevo test que analiza 11 variantes genéticas predice la probabilidad de padecer una cardiopatía isquémica en el período de diez años
La carga genética pesa, y mucho, a la hora de determinar el riesgo de padecer un infarto de miocardio. Un estudio publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Genetics y basado en un test de alta precisión realizado a 52.000 pacientes, concreta, por primera vez, cuánto condicionan los genes el riesgo de sufrir esta enfermedad, que afecta a 120.000 personas cada año en España. El estudio "Clinical Utility of Multi-marker Genetic Risk scores for Prediction of Incident Coronary Heart Disease", realizado por la División de Investigación Kaiser Permanente; la compañía Gendiag/Ferrer in Code; y el Grupo de investigación en Epidemiología y Genética Cardiovascular del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, concluye que la carga genética dobla el riesgo de padecer un infarto. Es decir, una persona sin conductas ni hábitos de riesgo pero con una "mala genética" (que le predispone a padecer la enfermedad) tiene el doble de posibilidades de sufrir un infarto que otra que no tiene esa carga.
La investigación valida un test genético de riesgo cardiovascular, el más completo y preciso de los que existen actualmente, a partir del estudio y seguimiento, durante seis años, de una población de 52.000 pacientes de entre 30-74 años con distintos grados de Riesgo Cardiovascular (RCV) bajo, moderado o alto. "Los resultados confirman que es una herramienta muy útil para el manejo de la enfermedad cardiovascular por su alto valor predictivo y, en consecuencia, preventivo" , según afirma Roberto Elosua, referente español del estudio y Coordinador del Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del IMIM.
Gracias a esta prueba genética se podrían evitar hasta el 13 por ciento de los infartos entre las personas con riesgo moderado y antecedentes familiares
La prueba genética va dirigida a personas con riesgo cardiovascular moderado, que suponen un 24 por ciento de la población general, y con antecedentes familiares. Recientes estudios epidemiológicos confirman que aproximadamente el 60 por ciento de los casos de infartos de miocardio se producen en personas con riesgo cardiovascular moderado o bajo. En el caso de las personas con una carga genética alterada ese riesgo se dispara hasta un 80 por ciento.
Gracias a este test, que se realiza en base a una simple muestra de saliva, en la que se analizan 11 variantes genéticas, "se podrían evitar hasta el 13 por ciento de los infartos entre las personas con riesgo moderado y antecedentes familiares", precisa el doctor Elosua.
Una vez en la vida, pero útil diez años
Los datos clínicos del paciente se combinan con el resultado de la prueba genética y el resultado final (aplicando un algoritmo) determina con precisión cuál es el nivel de riesgo cardiovascular global de esa persona; de manera que el médico pueda diseñar para él la mejor estrategia preventiva. Asimismo, el test puede ser útil como herramienta de salud preventiva para personas con antecedentes familiares que no presentan factores clínicos visibles pero que presentan una mayor o menor carga de riesgo genético."Esta determinación genética se podría realizar una única vez en la vida y proporciona una información predictiva muy útil, a diez años, aplicada como estrategia de salud preventiva”, precisa Roberto Elosua.
En España se producen cada año 120.000 casos de infarto de miocardio. Para prevenir esta enfermedad se aconseja medir factores de riesgo a través del estudio de las características específicas de cada persona: su edad, género, si fuma o no fuma, su colesterol, su presión arterial y el diagnóstico de diabetes . Con esta información se puede definir de una forma válida si una persona tiene riesgo bajo, moderado o alto y en base a esta clasificación se adaptarán las intervenciones higiénico-dietéticas o de tratamiento. Por grupos, el 10 por ciento de la población tiene RCV Alto, el 24 por ciento RCV Moderado y, el 66 por ciento restante RCV Bajo. Normalmente las estrategias preventivas se centran en las personas de Alto Riesgo. El resultado del nuevo test validado en el estudio proporciona una información complementaria a la cuantificación del nivel de riesgo cardiovascular individual.