Millonarias en el cambio de turno

El rutinario cambio de turno esta vez fue distinto. Los coches a las dos de la tarde salían en caravana de la Industrias Teixidó entre el ruido de los cláxones y las sonrisas al volante de los trabajadores. El 72.897 , número premiado con el Gordo en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad , había caído en esta empresa de Riudecols (Tarragona) dedicada a la fabricación de componentes, agraciando a buena parte de sus trabajadores. Tanto a los que a aquella hora entraban, como a los que salían. La mayoría había comprado un décimo y unos pocos se hicieron con más de uno para agasajar a amigos y familiares. Otros, prefirieron compartir un mismo décimo entre varios. Así habían hecho Bouchra, Catalina, Cándida y Sara, cuatro amigas y empleadas de la localidad cercana de Bonavista. que llevan trabajando en Teixidó en labores de limpieza a través de una subcontrata.

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Con la cuarta parte del décimo premiado, Bouchra, una joven de 38 años de origen marroquí, que, con los guantes de trabajo puestos saludaba exultante con los compañeros con los que se iba cruzando, comprará el piso que ya tenía planeado. No tienen tan claro a qué destinarán su parte Cándida y Sara, madre e hija, que con una sonrisa recurren al tópico: «Tapar agujeros». Tras acabar su turno, se dirigían hacia el coche sonrientes, contentas pero un tanto apresuradas. Cándida era quien tenía el décimo en custodia y quería llegar a casa cuanto antes para asegurarse que seguía allí donde lo había guardado.

Catalina era la única de las cuatro que tenía el día libre, pero sus compañeras la telefonearon para darle la gran noticia y acudió a la fábrica para brindar con sus compañeros. Y Bouchra era la única de las cuatro amigas que se quedaba trabajando en el turno de tarde. Estaba feliz, como también parecía estarlo Martí, uno de los compañeros con los que se encontró caminando entre las naves de una empresa sobresaltada por una jornada atípica. Martí le dio la enhorabuena. Él no había comprado lotería, nunca lo hace, según explicó a este diario, pero tampoco parecía pesarle: «Mi lotería es la vida». Estaba feliz por sus compañeros.

Los trabajadores habían adquirido el 80% de un total de 60 series que del número 72.897 había distribuido la administración de la plaza de la Pastoreta de la cercana localidad de Reus, según ha explicado a ABC su responsable Óscar Bausa. El Gordo sonríe a esta localidad por segundo año consecutivo , pues el año pasado el centro Aragonés El Cachirulo repartió nada menos que 80 series de aquel primer premio. En asuntos loteros, las «segundas olas» siempre son bienvenidas .