Lorena Roldán - Tribuna Abierta
Las listas de Puigdemont
Puigdemont y Junqueras quieren saber quiénes «colaborarán» el 1-O y quiénes no, o lo que es lo mismo, pretenden hacer listas de «buenos y malos»
Vivimos días tensos en Cataluña, es una tensión que se palpa, una tensión que inunda los periódicos, las tertulias de radio, las conversaciones en el café del desayuno, en la calle; una tensión que ha traspasado los muros del Parlament superando lo que vivimos los allí presentes, hace hoy dos semanas, cuando Junts pel Sí y la CUP pisotearon nuestros derechos y asestaron un auténtico golpe a la democracia.
El Govern y sus socios decidieron abusar de su mayoría parlamentaria, que no de votos, para pasar por encima de todo y de todos, para ignorar la Constitución y el Estatuto de Autonomía, para desoír a los letrados de la Cámara, a los que les negaron incluso la palabra; para interpretar a su antojo el propio Reglamento del Parlamento y prescindir totalmente de la opinión del Consejo de Garantías Estatutarias. Por lo que se ve, ignorar al Tribunal Constitucional y hacer caso omiso de las advertencias de la Unión Europea les parecía poco.
Puigdemont ya ha dicho que si lo inhabilitan no aceptará esa decisión. Al escucharle a veces una piensa que quien habla es un portavoz de la CUP, cuesta distinguir su discurso, radicalizado en los últimos días. Y no solo es su discurso lo que se ha radicalizado sino también sus acciones. Resulta que Puigdemont y Junqueras se han dedicado a mandar cartas a los Ayuntamientos, quieren saber quiénes “colaborarán” el 1-O y quiénes no, o lo que es lo mismo, pretenden hacer listas de “buenos y malos”. Sus socios de la CUP directamente han hecho carteles en los que se pide que se señale a los que no quieran seguirles en su referéndum ilegal, los últimos – en Lleida- incluso con foto. Alcaldes, secretarios de ayuntamiento, directores de colegio, policías… ¿Se imaginan ustedes la presión en un pueblo pequeño?
Ahora ya entendemos porque Lluis Llach dijo que los funcionarios sufrirían. Lo que a Llach se le olvidó decir fue que sufrirían por culpa del Govern de la Generalitat. Puigdemont y Junqueras han colocado a los funcionarios catalanes en el punto de mira, entre la espada y la pared, forzándolos para que participen en un acto ilegal.
Sr. Puigdemont deje de señalar, deje de ordenar que se interpele por la calle a los que no quieren cometer ilegalidades, tenga decencia y mantenga a los funcionarios al margen de sus obsesiones separatistas.
Lorena Roldán es diputada de Ciudadanos en el Parlament