Adoctrinamiento
Un libro infantil distribuido en bibliotecas catalanas presenta a los policías como malas personas
«¿Qué harán, vaciarle un ojo?», espeta el personaje aludiendo a lo que harían los agentes a su vaca, a la que no dejan beber en una fuente, en una «clara alusión» al joven que perdió un ojo por una bala de goma de la policía nacional La denuncia del caso, por parte de la AEB, coincide con la respuesta del Defensor del Pueblo respecto al informe que la entidad le entregó sobre el adoctrinamiento en las bibliotecas y sobre el que, según alega, «no le compete» pronunciarse
Personas «malhumoradas» , que «responden con malas maneras» , insensibles, y sin voluntad de ayudar al prójimo. Un libro infantil dirigido a niños mayores de cinco años que se distribuye al menos en nueve bibliotecas públicas catalanas -adscritas a la Diputación de Barcelona- da esa imagen de los agentes de la Policía Nacional a los menores. La Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), entidad que lucha desde hace años por defender los derechos de los castellanohablantes y que combate el adoctrinamiento ideológico, ha denunciado en su cuenta de Twitter la imagen sobre los agentes que ofrece este relato infantil al tratarse, según apunta, de «un claro ejemplo de adoctrinamiento» . «Gracias a él nuestros hijos aprenderán desde pequeños lo "malos" que son los policías», señala la entidad en las redes.
La denuncia de la AEB sobre este cuento coincide con la respuesta del Defensor del Pueblo respecto al informe que elaboró la entidad en el que denuncia la falta de libros en castellano en las bibliotecas públicas y los contenidos adoctrinadores en algunos volúmenes.
En determinados pasajes del libro, titulado 'T'estimo fins a l'horitzó' ('Te quiero hasta el horizonte') y de la editorial Ara Llibres, se cuestiona la labor de los agentes y se ofrece de ellos una visión «absolutamente peyorativa». En concreto, en el episodio denunciado por la AEB, dos policías ataviados con material antidisturbios que custodian una fuente, impiden a los personajes protagonistas del cuento, un niño y una vaca ciega, beber en la misma. Los policías están «malhumorados» y les responden de «malas maneras».
«¿Qué harían vaciarle un ojo?»
En concreto en el texto se apunta: «Aran y la vaca ciega continuaron la ruta y como tenían sed se pararon en una fuente. La sorpresa, sin embargo, fue que unos policías les impidieron beber agua. La vaca ciega se indignó y les bramó que en aquella fuente había ido a beber toda la vida, que quién eran ellos para impedírselo ? ¿Qué harían, vaciarle un ojo?». Los denunciantes subrayan la mala intención de esta última pregunta al considerarla una «clara alusión» al accidente en el que un joven perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma durante la intervención de la Policía Nacional en una escuela de Barcelona para impedir el referéndum unilateral del 1-O.
Y el texto prosigue: «Los policías, malhumorados como se está cuando sólo puedes comer croquetas congeladas (las buenas, todos lo saben, son las de la abuela), respondieron de malas maneras, y a Aran y a la vaca ciega no les quedó más remedio que huir y esperar una mejor oportunidad para acercarse a la fuente».
Con estas respuestas atribuidas a los agentes, en el libro se mofan de las quejas que trasladaron los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil desplazados en Cataluña en 2017, a raíz del referéndum ilegal del 1 de octubre. Tuvieron que dormir durante semanas en barcos, y algunos protestaron por la comida que les sirvieron en Nochebuena, entre los alimentos del menú denunciado estaban las croquetas.
«Es una forma de adoctrinar»
«Nos parece vergonzoso y nos entristece esta imagen que se está dando de la policía nacional. Es totalmente opuesta a la realidad, los agentes están para proteger y servir al ciudadano. La visión que se da en el libro es una forma de adoctrinar y mal educar a los niños», señala en declaraciones a ABC Pablo Pérez, portavoz del sindicato polical Jupol .
Coincidiendo con la denuncia de este caso, la Asamblea por una Escuela Bilingüe ha recibido hoy la respuesta del Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, con respecto al estudio elaborado por la entidad que reflejaba que en las bibliotecas públicas catalanas se adoctrinaba y denunciaba un «fuerte sesgo lingüístico y político en la compra de libros infantiles». También se denunciaba que la inmensa mayoría de los premios literarios convocados por los ayuntamientos eran en catalán.
Según el informe, publicado por ABC en su edición del 19 de marzo de 2021, menos de 3 de cada 10 libros comprados por las bibliotecas catalanas son en castellano. Y, además, de cada diez ejemplares comprados recientemente, y que hablan de temas de historia o de política, 96 hacen referencia a Cataluña, y sólo 4 a España. Desde la AEB también apuntaban que « es especialmente preocupante la introducción sistemática en un gran número de bibliotecas de libros destinados a los sucesos del 1 de octubre de 2017 , cuando estos hechos han merecido el reproche de los tribunales».
Respuesta Defensor del Pueblo
En su respuesta, a la que ha tenido acceso ABC, el Defensor del Pueblo concluye que no le corrresponde a la institución pronunciarse sobre la cuestión y se inhibe. «La posible intervención de esta institución se fundamenta no en estudios, informes o dictámenes como los que se han remitido, sino en actuaciones concretas de la Administración respecto del ciudadano o ciudadanos que planteen su queja y en tanto en cuanto tales actuaciones afecten a estos derechos y libertades». Añade que «las autoridades competentes disponen de un amplio margen de discrecionalidad no supervisable por esta institución en tanto que integrante en la acción política de las mismas».
Ana Losada , presidenta de la AEB, lamenta la respuesta del órgano fiscalizador. «No niega los hechos, simplemente apunta que no le corresponde pronunciarse sobre ellos porque no es una acción directa de la Administración. Sin embargo, sí lo es porque es ella la que decide qué libros hay en las bibliotecas y también fija las condiciones para acceder a los premios literarios. Esa acción sí afecta al ciudadano porque lo discrimina », subraya la presidenta de la AEB.
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