Joan Carles Valero - Letras expectativas

Vía lenta

El Corredor del Mediterráneo es la tortuga de las infraestructuras españolas. Como las mercancías no votan, el Gobierno tiene ese importante eje de transporte ferroviario en un apartadero

El Corredor del Mediterráneo es la tortuga de las infraestructuras españolas. Como las mercancías no votan, el Gobierno tiene ese importante eje de transporte ferroviario en un apartadero, de forma que solo habla y poco obra, pese a tratarse de la plataforma que comunica las regiones generadoras de la mitad de la riqueza española. Suficientemente revelador es que Barcelona y Valencia todavía no estén conectadas por AVE. Desde el interior no se percibe que al mejorar las condiciones de transporte en el Corredor del Mediterráneo se amplía la tarta del PIB español y, de paso, emitiremos menos CO2 porque sacaremos camiones de las carreteras.

La sensibilidad parece tan escasa que incluso algunos ministros, como el prudente Rafael Catalá, que estuvo en Fomento antes que en Justicia, cometió este lunes el desliz de decir que se “exagera y sobrevalora” la importancia estratégica del Corredor del Mediterráneo, porque, justificó, “no tiene demanda de operadores o tráfico de mercancías”.

El ministro tiene razón en el argumento pero falla en su planteamiento: no hay demanda porque ningún operador se atreve a encomendarse al actual trazado, ya que invertiría más tiempo costándole más dinero. Entre otras razones, porque de Tarragona a Castellón solo hay una vía, no se ha resuelto el “bypass” de Castellbisbal a Martorell y porque no se han previsto aún las conexiones y apartaderos necesarios para cargar los trenes en los polígonos industriales y grandes factorías como Seat, Nissan o Basf. Por solo citar tres obstáculos de una relación interminable.

Joan Amorós, presidente de Ferrmed, el principal lobby europeo que defiende el Corredor del Mediterráneo, lo puso ayer de manifiesto en un debate en Martorell, ciudad de obligado paso de todos los caminos que conducen a Roma, en palabras de su alcalde, Xavier Fonollosa. En el acto también participó Pere Macias, presidente de la Fundació Cercle d’Infraestructures, que animó a que la iniciativa privada tome protagonismo en la conexión ferroviaria desde el norte de África a través de Almería y Granada, por Murcia, comunidad Valenciana y Cataluña hasta abordar el centro y norte de Europa. Amorós advirtió que los empresarios de esos territorios están dispuestos a movilizarse si en el plazo de seis meses el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el flamante coordinador del Corredor del Mediterráneo, el ingeniero Juan Barios Baquero, no les presentan un verdadero plan de actuación. Además de movilizarse, la iniciativa privada se arremangará y promoverá por su cuenta proyectos concretos, lo que pondría de manifiesto una dejación de las funciones del Estado, precisamente cuando más falta nos hace.

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