Juan Milián Querol - TRIBUNA ABIERTA

Compromís con la hipocresía

«Esta vez ha sido Mònica Oltra, la vicepresidenta del Gobierno valenciano, quien, ante la imputación por encubrir los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada, se niega a dimitir»

Mònica Oltra ROBER SOLSONA

Juan Milián Querol

Lo han vuelto a hacer. Han vuelto a justificar sus barrabasadas alegando una increíble alerta fascista. El 'francomodín' parecía desacreditado tras las últimas elecciones madrileñas en las que Pablo Iglesias 2.0 apeló, como los independentistas catalanes, a la disyuntiva fascismo o democracia. Y el pueblo eligió libertad. Esta vez ha sido Mònica Oltra , la vicepresidenta del Gobierno valenciano, quien, ante la imputación por encubrir los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada, se niega a dimitir porque tiene que «defender la democracia» frente al «fascismo». Su Compromís con la hipocresía es absoluto. Esta populista de manual se caracterizó, en la oposición, por sus camisetas acusadoras y por insistir en que cualquier imputación debía acarrear la dimisión.

A socialistas y podemitas les parece bien esta inmoral desfachatez. Si Oltra fuera una política a la derecha del PSOE , las calles arderían y su casa se vería asediada por un escrache eterno. Sin embargo, la izquierda -como el nacionalismo- no reparte las etiquetas de víctima y culpable según las acciones cometidas, sino según la adscripción ideológica de las partes. ¿Eres de izquierdas? Barra libre. Ya ni si quiera es una cuestión de clase social. El criterio es el carnet del partido. Por esta razón, el expresidente Zapatero se permite elogiar la corrupción de Cháves y Griñán en plena campaña electoral andaluza.

La prevaricación y la malversación elogiada por la izquierda es, incluso, premiada por los separatistas, pioneros españoles de la doble moral. Multimputada por corrupción, Laura Borràs ha sido recientemente elegida como presidenta de Junts per Catalunya. Si sabía fraccionar contratos, sabrá fraccionar países, habrán pensado sus desvergonzados compañeros. ¿Seguirán defendiéndola si el TSJC concluye que 'Laura ens roba'? Seguramente, porque las ideologías colectivistas son fundamentalmente instrumentos propagandísticos para alcanzar y mantener el poder. La verdad y el bien común son, para ellos, totalmente prescindibles.

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