Juan Corona - Tribuna Abierta
Cataluña, a la espera de los fondos Next Generation EU
La participación de destacados empresarios, directivos y expertos económicos es esencial a tal efecto, y la sociedad catalana dispone indudablemente de dicho talento
En estos últimos años, y en buena medida por las ideas trasladas a través de diversos organismos institucionales, se ha percibido con claridad en Cataluña una disminución del espíritu europeísta tradicionalmente defendido por organizaciones públicas y privadas. Incluso entre los más jóvenes son escasas las referencias a la Unión Europea, más allá de los codiciados programas Erasmus de intercambio estudiantil.
Cuando en la transición se hablaba de democracia, modernización y crecimiento, las referencias a Europa eran obligadas. Ese era el modelo social, político y económico que se deseaba. El ingreso de España en la, entonces, Comunidad Económica Europea fue acogido como un triunfo colectivo de nuestra sociedad, especialmente en Cataluña.
Desgraciadamente, vivimos en una época de escasa memoria colectiva, y pocos reconocen lo que supuso el ingreso en el club comunitario para una sociedad cerrada y relativamente anclada en el pasado. Así es posible no sólo percibir un cierto desprecio por las instituciones comunitarias, sino incluso un abierto rechazo a nuestra pertenencia a las mismas. El Brexit está, todavía, demasiado cercano.
En realidad, debería ser suficiente el privilegio de formar parte de un grupo de países que representan un conjunto de valores, deseados y admirados por todo el mundo: humanismo, cultura, diversidad, solidaridad,… Sin olvidarnos de todo el impacto que ello ha supuesto en nuestro desarrollo económico. Puede decirse que ser europeo implica dos puntos de vista, el identitario y el pragmático, y que ambos están estrechamente relacionados.
Poniendo el foco en Cataluña, y partiendo de la actual situación de crisis económica derivada de la pandemia, aunque continuadora de una clara desaceleración en los años anteriores, la visión de la Unión Europea no debiera generar ningún tipo de duda.
Frente a las actuales circunstancias, pertenecer a la UE es una garantía para obtener fondos para la recuperación, y la tranquilidad derivada de la mutualización de la deuda.
Es cierto que los retos que se presentan a la UE en su conjunto son muy elevados, pero no es difícil imaginar que ocurriría si tuviéramos que afrontarlos en solitario. Cataluña espera ávida su parte de los fondos Next Generation EU, pero conviene no olvidarse que dichos fondos están condicionados a la ejecución de los proyectos presentados, lo que exige rigor y eficiencia en su diseño y desarrollo.
Además no debe cometerse el error de planificar proyectos de gasto poco eficientes. En tal caso, los fondos supondrían un mero alivio cortoplacista a nuestros problemas económicos. Desde nuestro punto de vista es imprescindible priorizar proyectos que generen un alto valor añadido de cara al futuro :adecuación del sector turístico a la transformación energética, climática y digital; de clústeres orientados a la interconexión con redes de transporte transeuropeas y globales; refuerzo de la importancia del puerto de Barcelona; fomento de la conectividad a través del Corredor Mediterráneo; y flexibilización y potenciación el sector educativo, a todos sus niveles.
Para conseguirlo, resulta imprescindible ante todo, una modernización y digitalización real de la administración pública, haciéndole más ágil, segura y cercana al ciudadano (sistema educativo, justicia, servicios públicos…). En segundo lugar,una apuesta decidida por la ciencia y la innovación, aumentando los recursos destinados a I+D+i y a educación. Y, por supuesto, una reforma y modernización del sistema fiscal, adaptado a los tiempos, orientado a la competitividad y alineado con las tendencias imperantes en el entorno internacional, especialmente el europeo.
En dicho sentido, y teniendo en cuenta los retos a los que nos enfrentamos, disponer de la experiencia y conocimiento de expertos independientes resulta imprescindible para garantizar el éxito de los proyectos y acceder a los fondos Next Gen EU. La participación de destacados empresarios, directivos y expertos económicos es esencial a tal efecto, y la sociedad catalana dispone indudablemente de dicho talento. Es imprescindible utilizarlo cuanto antes.
Juan Corona es Catedrático de Economía Aplicada / Director de la Cátedra Jean Monnet de Integración Fiscal Europea / Universitat Abat Oliba CEU