Plan de inmovilidad

Estos días el dúo Janet&Colau ha anunciado nuevas actuaciones. El grupo prepara una nueva gira por Barcelona para colorear la ciudad a ritmo de decrecimiento económico y ahogo para los comercios. No sorprende que los bares y los restaurantes se quejen de lentitud en la concesión de terrazas o que los autónomos no tengan más que una pequeña ayuda de 300 euros y ya se apañaran. El nuevo plan de inmovilidad va por el camino de convertirse en un nuevo desastre de Janet&Colau. Atascos, lentitud y una Barcelona sucia. Parece que el gobierno ha decidido que para la nueva normalidad lo mejor es una mala movilidad.

Los carriles bici tienen que existir en una ciudad como Barcelona, claro que sí, por supuesto, pero de forma estratégica y sin condicionar las vías rápidas de la ciudad como la calle Aragón. La idea de poner allí un carril bici parece la más acertada del mundo a entender del gobierno, pero si nos fijamos un poco más veremos que en paralelo, en la calle Diputación, ya hay un carril bici idéntico. Por no hablar de la chapuza de la Vía Layetana, una especie de carril minúsculo en la calzada que ni sirve para los peatones, ni para las bicis, solo con un objetivo: restar espacio al coche sin ningún sentido.

Ayer fui a Consejo de Ciento y vi un auténtico despropósito, una acera pintada con franjas amarillas donde pasaron exactamente dos personas en media hora, mientras que el único carril de circulación para coches estaba colapsado.

Un estudio de Barcelona Oberta asegura que el 57 % de las compras que se hacen en Barcelona son de personas que no viven en la ciudad, y la gran mayoría viene en vehículo privado. ¿Qué va a suceder si esta gente se cansa de una Barcelona de colapsos? Se van a perder miles de puestos de trabajo, se va a matar al comercio y se echará a perder el trabajo de centenares de empresarios. Quizá este sea el objetivo del dúo Janet&Colau.