Josep Bou - Tribuna abierta
Cambio climático, retos globales y reales
«Mientras está centrado en el tema de la emergencia climática, el gobierno municipal intenta esconder la emergencia de inseguridad que sufre Barcelona»
En este inicio del año 2020, hay un reto global claro, la lucha contra el cambio climático, una realidad incomoda que nos debe preocupar y ocupar a todos. La Unión Europea se ha comprometido a reducir, para 2030, las emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 40% respecto a los niveles de 1990. Barcelona como gran ciudad debe dar ejemplo y establecer unas estrategias para lograr el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en esta próxima década.
Ante este reto, la alcaldesa Ada Colau quiere proponer a Aena que estudie la eliminación de los vuelos cortos con alternativa ferroviaria, lo que supondría abolir el puente aéreo Barcelona - Madrid. También quiere que se revisen los estudios de impacto ambiental y el Plan Director del aeropuerto, que contempla obras de ampliación, con la tercera pista. Además, propone reducir las terminales de cruceros y embarcaciones del puerto. A todo esto, debemos sumar la puesta en marcha de las Zonas de Bajas Emisiones que empezaron a funcionar el pasado 1 de enero y que prohíben la circulación a los coches «más contaminantes» o antiguos por Barcelona.
Como decía al principio, el reto de mejorar la calidad del aire y luchar contra el cambio climático es global. Las administraciones deben dar ejemplo, pero es innecesario que Ada Colau como alcaldesa se saque de la chistera propuestas que dan titulares, pero no miden las consecuencias. En el caso de querer eliminar los vuelos de menos de 1.000 Km. con alternativa ferroviaria, no contempla que el volumen de trenes no podría acoger a tantos pasajeros y el precio de los billetes se dispararía. ¿Por qué no trabajamos para que las compañías aéreas se marquen el reto de incorporar aviones menos contaminantes?
Por cierto, Podemos, compañeros políticos de Colau, durante años han criticado la inversión del Estado en nuevas líneas de AVE, especialmente con gobiernos del PP. Paradójicamente, ahora el tren de alta velocidad es la mejor alternativa para la alcaldesa Colau. En cambio en Barcelona, todavía estamos pendientes de la finalización de la L9 Y L10 de metro y la puesta en marcha de la D30, autobús no contaminante de alta capacidad, paralizado por Colau en 2015. Mientras centrados en el tema de la emergencia climática, el gobierno municipal intenta esconder la emergencia en inseguridad que sufre Barcelona.
Josep Bou es presidente del grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona