Brindando por la convivencia

Celebrar la victoria de Díaz Ayuso y del PP en Madrid con cava catalán hubiera sido impensable hace unos años, pero este martes en Génova 13 las copas del triunfo electoral estaban llenas de un magnífico cava que produce en sus bodegas mi buen amigo y alcalde del PP en Pontons (Barcelona), Josep Tutusaus. Fue un mensaje de unidad y de fraternidad entre dos partes de España que están estrechamente vinculadas. Unidas por el esfuerzo y el sacrificio de sus ciudadanos que cada día madrugan para tirar hacia delante la economía de la Nación.

Uno de los grandes perjuicios que nos ha traído el nacionalismo ha sido el descalabro económico. Durante el año que llevamos de pandemia se han marchado 732 empresas de Cataluña y han llegado 565, un saldo negativo de 167 empresas. En Madrid, el saldo es positivo en 108 empresas. Es solo un indicativo de lo que ha provocado y sigue provocando el independentismo. Otros ejemplos: la negativa de la Agencia Europea del Medicamento de instalarse en Barcelona o la pérdida de la reputación que tenían los productos catalanes. El nacionalismo ha provocado que la palabra catalán como adjetivo se haya convertido en peyorativa.

Y yo me niego. Cataluña no es así. El ser catalán no es así. Precisamente, soy español por ser catalán. El nacionalismo nos ha robado nuestra buena imagen, nos ha robado nuestros símbolos y nuestra cultura ¡La señera y la sardana también son mías! Ha dejado sin valor el esfuerzo de nuestros antepasados que lucharon y derramaron su sudor para hacer de Cataluña uno de los motores económicos de España. Y yo seguiré celebrando la victoria de Ayuso o la de Casado en menos de dos años con un brindis por la convivencia y por la unidad entre Cataluña y Madrid, y entre Madrid y Barcelona.

Josep Bou es el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona