Jesús María Barrientos - Crónicas pandémicas con...

No existe tiempo libre

«Como solemos decir, el Estado de Derecho ni está en cuarentena ni ha sido confinado con el estado de alarma»

El presidente del TSJC, en su casa ABC

Jesús María Barrientos

En primer lugar diré que llevo ya diez días de aislamiento radical en mi domicilio, junto con mi familia, sin que esta circunstancia haya supuesto dificultad alguna para mantener el contacto permanente con mis colaboradores, con el Consejo General del Poder Judicial, con el Ministerio y con el departamento de Justicia cuando ha sido preciso, o con las Comisiones y Sala de Gobierno con competencias en la ordenación de la actividad judicial incluso en este escenario de crisis. Esos contactos y seguimientos, lógicamente, siempre a través del correo electrónico y otros sistemas de comunicación. Lo que comúnmente llamamos hoy teletrabajo.

Antes de hacer efectivo el confinamiento absoluto había acudido diariamente al despacho del Palacio de Justicia y desde allí hicimos ya efectiva una primera adecuación de los órganos judiciales a la excepcionalidad del momento, partiendo como principio general de que el estado de alarma reduce la movilidad de los ciudadanos pero en absoluto puede suponer merma alguna en ninguno de sus derechos constitucionales. Como solemos decir, el Estado de Derecho ni está en cuarentena ni ha sido confinado con el estado de alarma. Y los jueces tenemos la responsabilidad de garantizar su efectividad. Una de las tareas más exigentes en este contexto es fijar los servicios mínimos.

Para ello, se ha constituido una Comisión de Seguimiento de la crisis, bajo mi presidencia, cuyas reuniones se han desarrollado todas en formatos virtuales. Este formato deliberativo exige una adaptación rápida al nuevo entorno, pero no impide el contraste de opiniones y el enriquecimiento de los acuerdos adoptados. También como presidente de la Sala de Gobierno he celebrado dos reuniones, la primera extraordinaria y presencial y la segunda, virtual a través de la herramienta Cisco WeBex Meetings, con resultados óptimos equiparables a las reuniones presenciales.

No existe tiempo libre. Mi horario frente al ordenador puede comenzar entre 7 y 8 de la mañana y mantenerse hasta las 10 de la noche, con un breve descanso al mediodía. La desconexión absoluta es imposible. El aparato judicial es muy amplio y complejo. A cualquier hora aparece una noticia de contagio, indicación médica de aislamiento, desalojo, orden de desinfección, etc… que te obliga a activar los mecanismos de respuesta.

Por la noche, en ocasiones logro seguir alguna película. Ayer Mustang , muy apropiada.

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