Joglars vuelve a los escenarios de Barcelona con una crítica al ‘procés’

En 2022 Joglars cumplen 60 años, y la sátira y el humor siguen siendo su apuesta para invitar a la reflexión y a la crítica

Los responsables de la obra, en Barcelona EFE

Ariadna Mañé

«Rusiñol eligió el arte y la libertad por encima de todo», explicó ayer Ramon Fontserè, director y protagonista de ‘Señor Ruiseñor’ , la última obra de la compañía teatral Joglars que llegará al Teatro Apolo de Barcelona el 26 de mayo y se podrá ver hasta el 6 de junio. A través de la figura del multifacético Santiago Rusiñol, la obra quiere «reivindicar el arte como patria universal en contra las patrias identitarias», haciendo una crítica satírica del catalanismo y el ‘procés’.

Fontserè describió al artista como una persona de «carácter ingenioso y cosmopolita» , lo que hace de él un referente «de lo que los españoles consideran la Cataluña cívica, culta y abierta al mundo». Los viajes alrededor de Europa fueron una constante en la vida de Rusiñol, y por reivindicación del cosmopolitismo es también uno de los puntos centrales de la obra, en contra del aislamiento al que, cree la compañía, se está abocando la comunidad.

La actriz Dolors Tuneu dijo que «reírte de ti mismo te ayuda a ver las cosas de una manera más abierta». En 2022 Joglars cumplen 60 años, y la sátira y el humor siguen siendo su apuesta para invitar a la reflexión y a la crítica, en este caso del conflicto catalán y la actual situación del país. « Cataluña ha de tener capacidad de hacer autocrítica y de dudar», afirmó Fontserè, «capacidades que si no se tienen es porque no se piensa».

El protagonista de la obra es un jardinero con reuma que se enamora de la figura de Rusiñol al tener que presentar a las visitas teatralizadas del Museo Rusiñol y que decide convertirlo en el Museo de la Identidad. A partir de aquí se crea un conflicto entre dos mundos: el de Rusiñol, a quien Josep Pla describió como «destructor de fanáticos» , y el de los que defienden la identidad, denominados «bárbaros». El espectador, con un pie en el pasado y otro en la actualidad, recorre la vida del artista y presencia un enfrentamiento ficticio pero que le recordará a uno real y muy presente.

La escenografía consiste en un suelo circular rodeado por una pantalla curva en la que se proyectan obras pictóricas de toda la producción de Rusiñol. Para Albert Castrillo , director de escena, la obra no trata solo de «enseñar algo bello, sino presentar a una persona cuya personalidad es una guía para la vida». Los cuadros no solo transmiten sus ideas y forma de pensar sin la necesidad de ser narración.

Estrenada en 2018 en Valladolid , la obra ha hecho una gira por varias ciudades de España, hasta llegar a Cataluña entrando por Canovellas y pasando por Tarragona y ahora, Barcelona . A pesar del tema de la obra, Joglars no ha tenido ningún problema en los lugares en los que han actuado, aunque sí les costó que los teatros les compraran la obra, como explicó Fontserè.

‘Señor Ruiseñor’ es como se dirigían a Santiago Rusiñol los habitantes de Aranjuez, donde murió en 1931, en medio de un viaje para pintar una serie de los paisajes arajovenses. A pesar de estar predestinado a heredar la colonia textil de su padre, se alejó de la vida del industrial para ser escritor, periodista, dramaturgo y pintor.

Después de estudiar en París, Rusiñol se instaló en Cau Ferrat , en Sitges, que se convirtió rápidamente en un lugar de referencia del modernismo catalán, pero al cabo de seis años se marchó a Francia a desintoxicarse de una adición a la morfina. Durante la primera década del siglo XX se consolidó como escritor, escribiendo ‘L’auca del Senyor Esteve’ en 1907 y siendo condecorado varias veces por su trabajo literario.

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