Joan Carles Valero - LETRAS EXPECTATIVAS
Turismo deltaico
Está claro que el turismo es una bendición y que una ciudad sin visitantes entra en decadencia, como pudimos comprobar durante la pandemia
Afortunadamente regresa el turismo a Barcelona y con los visitantes también se ha recuperado la alegría comercial, gastronómica y de transporte que caracteriza a la capital catalana desde que hace 30 años se colocó en el mapamundi con luces de neón gracias a los Juegos Olímpicos. Está claro que el turismo es una bendición y que una ciudad sin visitantes entra en decadencia, como pudimos comprobar durante la pandemia. Pero también es cierto que se ha de racionalizar un aluvión de hasta doce millones de visitantes que son los que recibió la ciudad en 2019.
Eduard Torres, presidente ejecutivo de Turismo de Barcelona, aspira a fondos Next Generation para digitalizar y ampliar la oferta al resto de la provincia y así evitar la sensación que tienen muchos barceloneses de sentirse invadidos, una solución que también compensaría territorialmente el reparto del maná. Así, los turistas podrían conocer todas las posibilidades del entorno barcelonés con la ventaja añadida de alargar sus pernoctaciones. Disfrutar de los tesoros naturales del área metropolitana, de las playas del litoral del Bajo Llobregat, comer productos de su Parque Agrario en cualquier restaurante con el distintivo 'Sabores de la Huerta, ir a Montserrat, descubrir el modernismo de Jujol en San Joan Despí y la cripta de Gaudí en Santa Coloma de Cervelló, el primer experimento del genio antes de empezar la Sagrada Familia, constituye siempre una sorpresa, incluso para los propios barceloneses.
El Consorcio de Turismo del Bajo Llobregat, su Consejo Comarcal y los municipios de Castelldefels, Gavá, Viladecans, San Boi y El Prat presentaron ayer una candidatura conjunta a los fondos Next Generalion por valor de 8,2 millones para precisamente potenciar el turismo sostenible en la zona del delta del río que les da nombre. Una zona que comprende dos parques naturales, espacios agrícolas de primer nivel, playas, una importante oferta cultural, deportiva, de ocio y gastronómica y más de 12.000 alojamientos. Es una oferta de turismo de sedimentación deltaica que evitaría el de aluvión en Barcelona. Hay sumas que multiplican.