Trémulo Tremosa

El montaraz consejero Ramón Tremosa, tan dado a echarse a los montes física e ideológicamente, está últimamente desconocido. El antaño azote de España, que acabó pidiendo perdón por la pérdida de tiempo que ocasionó a la Comisión Europea tras denunciar ante este organismo un pisotón del defensa madridista Pepe a Messi y un chiste de la serie televisiva «Aída»; ahora, su discurso se sitúa en las antípodas de la revolución tramontana que auspician sus jefes de filas electorales Puigdemont y Borràs.

Ante unos 40 empresarios participantes «online» en uno de los foros FemLlobregat que organiza la patronal Aeball de Hospitalet y la comarca del Bajo Llobregat, Tremosa no pronunció en su discurso ninguna de las palabras estandartes de su ideario: independencia, república, DUI, represión, presos políticos... Por el contrario, subrayó la «complicidad institucional» que mantiene con los cuatro ministros del Gobierno de España con competencias homólogas a las de su departamento de Empresa y Conocimiento, cajón de sastre de la economía productiva y del talento transformador.

Tremosa se deshizo en elogios hacia Manuel Castells por facilitar que la Generalitat destine este año 970 millones de euros a las universidades catalanas, en el que es el segundo mejor ejercicio de la historia. También agradeció a Pedro Duque que el Gobierno respalde con fondos europeos el Barcelona Supercomputing Center para impulsar la computación cuántica. Y alabó el trabajo del secretario general del Ministerio de Industria, Raúl Blanco. En idéntico tono conciliador, también se felicitó porque su complicidad en Cataluña se ha traducido en un consorcio de Generalitat, Diputación y grandes ayuntamientos para gestionar ante el Gobierno los fondos europeos, que prometió llegarán también a las pymes.

Tamaña moderación se agradece, sobre todo entre sus paisanos de San Boi, de donde Tremosa es oriundo, aunque para otros esta manifestación de cordura se antoje transformismo ante la posibilidad cierta de que Junts pierda el poder y el ex eurodiputado se vea obligado a regresar a la docencia de Teoría Económica en la Universidad de Barcelona.