«Seny» andorrano

Por primera vez, tras mucho tiempo de vivir al margen y del margen, Andorra ha abandonado la etiqueta de paraíso fiscal y se equipara a Mónaco y San Marino, otros microestados que también negocian su asociación a la Unión Europea. El país de los Pirineos va a ser la sede de la próxima Cumbre Iberoamericana, que se debía celebrar en noviembre pero que se ha aplazado a la primavera de 2021 por la pandemia. Y es en la lucha contra el Covid-19 donde Andorra se ha granjeado una buena imagen internacional, hasta el punto de mantener a raya al virus con pruebas masivas a la población sin necesidad de declarar el estado de alarma, en una nueva demostración de que los andorranos son un pueblo de orden.

Otro triunfo global viene de la mano de la nieve. La Federación Internacional de Esqui ha vuelto a confiar en las instalaciones de Soldeu-El Tarter de Grandvalira para acoger en marzo de 2023 las Finales de la Copa del Mundo de Esquí Alpino, tras el éxito cosechado el año pasado en la organización de esa misma competición. La plataforma a los pies de la mítica pista de l’Avet, final de las competiciones, con 10.000 metros cuadrados construidos sobre un torrente, acogerá los sábados del próximo agosto el Andorra Mountain Music con actuaciones de Mónica Naranjo (el día 1), Don Diablo (8), Beret (15), Texas (22), Bob Sinclair (29) y Ainhoa Arteta el 5 de septiembre.

Andorra está harta del procés porque es un país acostumbrado a relacionarse con jefes de Estado y ministros y no con consejeros regionales. Tener silla y bandera en la ONU y la OCDE y pronto en el FMI, supone jugar en la Champions. La imagen del país ha tenido que pagar los platos rotos de la cleptocracia del clan Pujol y también ha sufrido las consecuencias de las protestas de los CDR, que han cortado en numerosas ocasiones la única carretera que le une a España, estrangulando el flujo turístico que, como el sanguíneo, mantiene su salud económica. Su hartazgo también se manifestó tras declarar la independencia el Parlamento catalán. El gobierno andorrano fue uno de los primeros que el 27 de octubre de 2017 comunicó que consideraba que Cataluña continuaba siendo una parte integrante de España, al tiempo que apelaba por el diálogo para resolver la situación.

Es el seny andorrano que respalda una estabilidad institucional de 742 años.