Joan Carles Valero - Letras expectativas
Regalar árboles
La pandemia ha revalorizado la naturaleza. La estábamos perdiendo porque, al ser gratuita, no la apreciábamos
La pandemia ha revalorizado la naturaleza. La estábamos perdiendo porque, al ser gratuita, no la apreciábamos. El economista indio Pavan Sukhdev fue presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza y el primero en estimar el valor de esos activos que hemos desperdiciado porque eran gratis. De las iniciativas que rompen con la invisibilidad económica de todo lo que aporta la naturaleza, destaca treedom.net, sitio donde se puede plantar un árbol en cualquier lugar del planeta y seguirlo «online», con lo que se ayuda a los agricultores locales, además de comportar beneficios ambientales, financieros y sociales a sus comunidades.
En la década de existencia de esta plataforma que permite regalar un árbol y donde destacan usuarios que tienen auténticos bosques, se han plantado ya casi 1,7 millones de especies como cacao, café, aguacate, grevillea en Kenia, Camerún, Haití, Madagascar y Tanzania, entre otros países. Los plantan 98.299 agricultores que viven también de sus cosechas. Los mecenas son algo más de 637.000 personas y 4.418 empresas que emulan la tarea polinizadora de las abejas, cuya labor es económicamente invisible pero esencial para la vida en el planeta.
La existencia de los árboles comienza para nosotros por su geolocalización tras plantarlos un agricultor que los cuida y fotografía, porque cada uno tiene su propia página «online», donde con el tiempo se informa de los frutos que aporta y del CO2 que absorbe, además de proteger el suelo y la biodiversidad. Junto a esa dimensión ambiental está la social, porque hay que salvar la Tierra para los humanos, no para el planeta en sí mismo. De hecho, los árboles de treedom.net contribuyen al sostenimiento de comunidades locales que, además de cultivarlos y cuidarlos, usan sus frutos como recurso alimenticio o de apoyo para sus ingresos.
La gran causa de la humanidad es la lucha por el medio ambiente. Esto no es un asunto de cuatro ecologistas y va muy en serio, porque vivimos el episodio histórico de la humanidad con más interrogantes planetarios sobre el futuro. Un pequeño paso es regalar árboles para Reyes.