Joan Carles Valero - Letras expectativas
Puerto de revoluciones
«La industria 4.0 es el presente y se puede visitar en el recinto ferial de Gran Vía, donde hoy arranca la Barcelona Industry Week»
Vivimos bajo VUCA. No confundir con la novela de Malcolm Lowry, «Bajo el volcán», que se desarrolla en el Día de los Muertos. Vivimos en una economía global y digital caracterizada por su volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA en inglés), y cuyo centro de gravedad es el consumidor, cada vez más exigente e impaciente. Pero también existen grandes oportunidades por desarrollar en este entorno. Unas oportunidades que requieren el uso intensivo de tecnología y talento, por ejemplo, para desarrollar la fabricación bajo demanda como respuesta competitiva a la necesidad de personalización masiva que reclaman los consumidores. Un escenario en el que la energía solar será prácticamente gratuita y donde las fábricas 4.0 volverán a instalarse en las ciudades, convertidas en «hubs» de talento con acceso a personal cualificado, con el objetivo de estar más cerca del consumidor con una industria inteligente, conectada y autónoma.
La industria 4.0 es el presente y se puede visitar en el recinto ferial de Gran Vía, donde hoy arranca la Barcelona Industry Week, cita en la que concurren siete eventos internacionales sobre la cuarta revolución industrial en la que estamos inmersos. Si nuestros antepasados hubieran rechazado el cambio en las tres revoluciones anteriores, habrían dado la espalda al progreso, y hoy en día tendríamos cerca de un 86% de la población bajo el umbral de pobreza, un 88% de alfabetismo y una esperanza de vida inferior a 45 años, por citar solo algunos datos demográficos.
Para mitigar las amenazas que el cambio 4.0 comporta, hay que impulsar urgentemente la transformación de las empresas para que evolucionen a medida que se adquiere nuevo conocimiento y se adapta la cultura corporativa a los requerimientos del nuevo contexto. La IV revolución debe significar también progreso para la humanidad, para que la innovación no deje a nadie atrás.
El Port de Barcelona coronó hace unos días la celebración de su 150 aniversario con un acto institucional en el Palau de la Música en el que su presidenta, Mercè Conesa, además de reclamar al Gobierno la construcción de los accesos ferroviarios, señaló la electrificación de los muelles y la implantación de energías renovables como el gran reto para los próximos años. Unas medidas de transición energética y digital que se antojan imprescindibles y que harán más sostenible medioambientalmente esta infraestructura que ha sido la puerta de entrada y salida de las tres revoluciones industriales anteriores.