Joan Carles Valero - Letras expectativas
Líderes transformadores
«Nuestros representantes políticos deben convertirse en líderes transformadores, empezando por consensuar una agenda de reformas estructurales que anteponga los intereses del país por encima de los del partido»
Necesitamos más que nunca aprovechar al máximo nuestros recursos frente a la crisis. Por eso debemos exprimir la creatividad, mejorar la productividad y reforzar la vocación de servicio para superar la cruda realidad de la pandemia, que no es una crisis cualquiera porque actúa como catalizadora de distintas fuerzas de cambio que ya estaban en marcha, acelerándolas, y también desencadenando otras nuevas tendencias.
Para pilotar la reconstrucción económica necesitamos líderes transformadores como Isidro Fainé, presidente de la Fundación de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y de la Fundación Bancaria «la Caixa» y ahora flamante vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF), para quien «tanto empresas como directivos tienen que redoblar esfuerzos para hacer más visible su compromiso con la sociedad, su presente de lucha contra los más afectados por la pandemia y su interés por el bienestar de las generaciones futuras y de la sostenibilidad del planeta». La década recién estrenada estará marcada por la transformación digital, necesariamente teñida de verde en el marco de la lucha contra el cambio climático y con profundas transformaciones en los hábitos de consumo, lo que requerirá el compromiso de todos para lograr un modelo socialmente más justo.
No lo tenemos fácil. Nuestros representantes políticos deben convertirse en líderes transformadores, empezando por consensuar una agenda de reformas estructurales que anteponga los intereses del país por encima de los del partido. También los empresarios y directivos están interpelados. «Es necesario hacer más y hacerlo mejor», advierte Fainé, que define al líder transformador como quien encara con determinación los nuevos retos y lo hace con inteligencia y prudencia. «Es optimista porque sabe que con su buen hacer será capaz de ayudar a que la empresa supere los tiempos más adversos. Y es sabedor de que la empresa tendrá que transformarse continuamente para competir cada vez más en un entorno exigente y cambiante».
Líderes transformadores en empresas excelentes que potencien las capacidades de sus colaboradores a base de gestionar el cambio de manera eficaz, tanto dentro como fuera de ellas. Para que la transformación sea continua, no ya para adaptarse a las circunstancias anticipando el futuro, sino para incidir sobre el propio entorno creando el futuro. Esta clase de empresas son las que protagonizan el progreso empresarial y económico. Ahora solo falta que los políticos no pongan la zancadilla y encarnen idéntico liderazgo transformador, facilitándolo.