Joan Carles Valero - Letras expectativas
Dignidad «versus» felicidad
«Tocará redescubrir España a bordo de nuestros automóviles, como hacíamos antes»
Es recomendable no tener muchas expectativas hacia nadie ni nada para evitar frustraciones. Hace tiempo que renuncié a esperar más talento de nuestros políticos que no fuera el de su mantenimiento en el poder. Tampoco hay que exagerar con las esperanzas hacia la UE , ahora gripada por la crisis de siempre, la solidaria. El maestro Antón Costas señalaba el viernes en un acto del Colegio de Periodistas con ocasión del día de Europa, que la gran respuesta europea en auxilio de España e Italia frente a la pandemia procede del BCE, que tiene de vicepresidente a Luis de Guindos. La compra masiva de deuda es una ayuda, pero la recuperación económica dependerá más de lo que haga cada país que de la UE como institución.
Antaño, se demonizaba al turismo y la construcción porque se les consideraba sectores no deseados en una sociedad avanzada, pero Costas recordó en el citado webinar, esa suerte de bilocalización, que sin el turismo no hubiéramos modernizado la economía española , entre otras razones, por los recursos que genera y que contribuyen al superávit de nuestra balanza de pagos. La construcción ha podido reemprender su actividad, no así el turismo, que se ve con un brazo atado a la espalda con las limitaciones de aforo. Esta temporada vacacional, que los expertos me dicen se alargará hasta octubre, tocará redescubrir España a bordo de nuestros automóviles, como hacíamos antes. Pero en algo experimentaremos el progreso: en vez de casetes amenizaremos el viaje con Spotify.
Entrenándome para el don de la ubicuidad, también asistí a otro webinar de Esade con el profesor Víctor Lapuente, que aprecia retrocesos de la democracia en todo el mundo, ahora acentuados por el cisne negro del Covid-19 y unos ciudadanos dispuestos a sacrificar sus libertades en favor de un Leviatán tecnócrata o Ciberleviatán, como vislumbra José María Lassalle en otro webinar, porque intuyen que atajará mejor la pandemia. Queda la esperanza de que si nos ha metido en la crisis un cisne negro, nos saque algo inesperado, como una vacuna antes de tiempo .
Añoramos la perdida libertad abigarrada, «aquella bella anomalía en la que cada cual seguía su propia instrucción y no la uniformidad presente», como decía ayer el filósofo Javier Gomá en la gala de entrega de los premios Dircom Ramón del Corral, otro acto al que asistí en mi vida pantallizada, movido por el ansía de labrarme una opinión ilustrada, la que prefiere la dignidad a la felicidad .