Joan Carles Valero - Letras expectativas
Colapsología
«De poco sirven las palancas cortoplacistas que tocan los políticos si no afrontan nuestra crisis demográfica»
Los focos perturbadores del mundo no se limitan a las guerras, que ahora se concentran en Oriente Próximo y el Sahel africano. Aunque China acapara otro foco desestabilizador por la irrupción del Covid-19, ya se había convertido en rival estratégico de EE.UU. como primera potencia comercial y tecnológica del 5G y segunda economía global por su masa demográfica. El PIB de China es el segundo del mundo, aunque per cápita no sea superior al de la República Dominicana, recuerda Ignacio Ramonet, antiguo director del diario Le Monde diplomatique, que ha inaugurado el ciclo Cornellà Creació 2020.
Antonio Argandoña, profesor del IESE, subraya que la epidemia del coronavirus preocupa a las empresas que ven interrumpida su cadena de suministro de materias primas o el destino de sus exportaciones. Más preocupa un aumento inesperado del absentismo laboral, si la enfermedad llegara a nuestro país. El impacto sobre el crecimiento de China y el efecto dominó sobre otros países afectará más o menos al crecimiento mundial dependiendo del tiempo que dure la epidemia.
Esta situación se suma a las tres grandes crisis que afronta la humanidad: la climática, las migraciones de tipo bíblico, que pueden aumentar a medida que se agrave la emergencia del clima y la desigualdad, y la tercera, pero igualmente importante de la nueva sociedad que dibujan los efectos incontrolados de la tecnología, con el aumento exponencial de la inteligencia artificial que pone en jaque al humanismo.
Crisis globales que se superponen a las propias de nuestro país y que los profesores del IESE Nuria Mas, Alfredo Pastor y Argandoña, recuerdan porque permanecen de forma crónica en nuestra economía. El vergonzoso primer puesto lo acapara el fracaso de la educación, seguido de la economía sumergida y el elevado fraude fiscal. De poco sirven las palancas cortoplacistas que tocan los políticos si no afrontan nuestra crisis demográfica, las pensiones, la productividad, el paro o racionalizar el gasto en salud a partir de simplemente cruzar la información de la asistencia social con la sanitaria, por ejemplo. Los expertos también echan en falta que se evalúen las políticas públicas antes de gastar el dinero de todos y unos nuevos Pactos de la Moncloa como resultado de un sereno debate sobre el estado del bienestar que queremos.
Por eso tiene tanto tirón la ciencia de la colapsología que estudia el fin de anteriores civilizaciones y cómo se producirá el colapso de la nuestra.