Barcegallegos

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, suele visitar Barcelona con frecuencia y en loor del moderantismo catalán. Lo hace desde 2009 para la gala de los premios Excelencia que anualmente entrega la Asociación de Empresarios Gallegos de Cataluña (AEGA-CAT) en el Hotel Eurostars Grand Marina, buque insignia del Grupo Hotusa que preside Amancio López Seijas, gallego de Chantada que ha construido un emporio desde Barcelona. Feijóo tampoco quiso perderse el sábado el primer encuentro gastronómico de homenaje a los “barcegallegos”, con el cocido como metáfora de la mezcolanza de todo un poco que es Cataluña. Actuaron de maestros de ceremonia López Seijas y Carlos Fernández, presidente de AEGA-CAT y CEO de la productora Filmax.

Todos los empresarios buscan estabilidad y respeto institucional y abominan los terremotos que provoca el populismo de cualquier signo. Feijóo, que ha ganado cuatro elecciones autonómicas seguidas con mayoría absoluta, es el Sant Jordi del dragón populista. Cuando se cumple el 40 aniversario del estatuto gallego “sin crispar y sin dividir a la sociedad”, se muestra feliz de inaugurar el próximo día 20 el AVE que, por fin, llega a Orense. Practicante del “bilingüismo cordial”, Feijóo genera certezas, hasta el punto de haber liderado una reciente cumbre de 8 presidentes autonómicos del PSOE, PP y el regionalista cántabro PRC, para consensuar la financiación.

Los gallegos hace 1.200 años que reciben a peregrinos de todo el mundo y en los caminos de Santiago se comprueba su secular capacidad de concordia, acogida y consenso. A nadie preguntan su ideología, lengua o identidad. Además de recibir con los brazos abiertos, dan muy bien de comer. Hace tiempo que se dieron cuenta de que el mundo es grande y que lo local es la identidad para llevar por doquier, pero mal entendida “es cerrado y estéril”. Por eso los empresarios de AEGA-CAT celebran su mixtura “barcegallega” con un cocido, plato que requiere tiempo de elaboración y pausa de ingesta.