Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Isostasia

Cataluña se hunde y pierde altura en el océano de la Historia cuando es incapaz de «arrancar la ganga barbárica»

En «Notícia de Catalunya» (1954), el historiador Jaume Vicens Vives reclama a los intelectuales catalanes un esfuerzo para «conocernos a nosotros mismos». Afirmación que causó «sorpresa en ciertos sectores de nuestra gente de letras». A otros, en cambio, la afirmación les parecía exacta, pero poco oportuna». Y Vicens Vives remata: «¡Ay de los pueblos que se olvidan de estas necesarias introspecciones y no se detienen en los grandes hitos históricos para palparse el cuerpo, escuchar el alma y medir el acierto o el error en el trabajo hecho». Una tarea pendiente, pues.

En el libro en cuestión, Vicens Vives se vale de un concepto para analizar la realidad de Cataluña: la isostasia. El término, procedente de la geología y la geografía, señala el estado de equilibrio de masas en la corteza terrestre. Cuando una masa terrestre tiene más carga de la cuenta, se hunde en el océano y pierde altura; cuando se libera del peso, flota y gana altura. Lo mismo ocurre -advierte el historiador- con «las tribus, los pueblos y las naciones». Y Vicens Vives concluye que, para flotar en la Historia, hay que «arrancar la ganga barbárica» de la colectividad y los «defectos colectivos» producto de las «viejas deformaciones nacionales». Con estos mimbres, se podría formular la siguiente hipótesis: Cataluña se hunde y pierde altura en el océano de la Historia cuando es incapaz de «arrancar la ganga barbárica» y olvidar el «defecto colectivo» y las «viejas deformaciones nacionales» propias del estadio de multitud en el que sigue navegando un nacionalismo catalán que apela a la emoción, la pasión, la ilusión y la redención.

Añado: mientras el nacionalismo catalán continúe padeciendo el «síndrome de la nación elegida» (John Elliott), mientras se empeñe en saltarse a la torera -¡olé!- la lealtad institucional, la legalidad democrática y el Estrado de derecho, mientras eso ocurra, Cataluña -de acuerdo con las leyes de la isostática- irá hundiéndose y perdiendo altura. El nacionalismo es un pesado fardo.

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