Miquel Porta Perales - El oasis catalán

(Im)posible

Se puede concluir que el independentismo catalán ha perdido el norte y confunde deseo y realidad

Acierta Democràcia i Llibertat -marca gris de Convergència en las generales- con el eslogan que afirma que en Cataluña lo «imposible» es «posible». Así es. En los carteles publicitarios y los actos electorales, lo «imposible» pasa a «posible» por el expeditivo procedimiento de tachar u ocultar la sílaba «im». Y la prueba de lo imposible que se hace posible está ahí. Cuando el Tribunal Constitucional suspende cautelarmente la RDA (Resolución de Desconexión Antidemocrática), lo imposible -el incumplimiento del auto- resulta posible aduciendo que «jurídicamente la declaración del Parlament queda anulada, pero políticamente, no».

Al respecto -la Cataluña independentista todo lo retuerce y contorsiona-, lo imposible que pretende ser posible -la RDA- se declara imposible por el propio Parlament que impulsa su posibilidad: ¿o no es eso lo que hace el Parlament cuando -en el escrito de alegaciones ante el Tribunal Constitucional- sostiene que la RDA es «solo una declaración de intenciones» que «no tiene fuerza legal» y «manifiesta más una aspiración o deseo que una disposición vinculante»?

Otras manifestaciones de lo imposible que deviene -eso dicen y parecen creer- posible en la Cataluña de los milagros soberanistas: que se impulse un proceso constituyente republicano independentista -¡dieciocho meses!- contra la legalidad democrática y más de la mitad de la ciudadanía; que Democràcia i Llibertat vaya al Congreso de los Diputados para negociar «la constitución de Cataluña como Estado independiente»; que se formule un plan de choque social sin tener ni competencias políticas ni recursos económicos. Y la ficción sigue sin solución de continuidad.

Se puede concluir que el independentismo catalán ha perdido el norte y confunde deseo y realidad. Hay más. Dado el declive soberanista, el independentismo necesita ofrecer ilusiones y placebos al personal afecto a la causa. Y, de paso, mantener el poder. Sueños para hoy y frustración para mañana. Y Francesc Homs que se cuela en la mesa de Navidad. (Im)posible.

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