José García Domínguez - Punto de fuga

Humo con sifón

Por ventura para Sánchez, a los españoles les sucede como a los peces de la mar: su memoria tampoco dura más de tres segundos

Sánchez Castejón, esa genuina reencarnación madrileña del general Della Rovere, aquel falso héroe de la resistencia que murió ante un pelotón de fusilamiento tras acabar creyéndose su propia comedia, también es cualquier cosa menos un modelo de integridad que haya consagrado su existencia a la lucha contra el establishment. Bien al contrario, y como en el caso de Della Rovere, tras la romántica estampa épica de Sánchez Castejón no hay mucho más que una bella mentira piadosa. Sánchez Della Rovere no es ningún mártir redivivo de la izquierda socialdemócrata que en en su día se resistió a sucumbir ante la ortodoxia prescrita por Berlín, Bruselas y la señora de Sevilla. En las antípodas de todo impulso prometeico genuino, tras esa ficticia estampa disidente tan suya solo hay vulgar oportunismo de vuelo gallináceo, el propio de tantos políticos menores siempre prestos a ponerse en la cabeza de la manifestación, sea cual sea la causa de los que la promueven.

Por ventura para Sánchez, a los españoles les sucede como a los peces de la mar: su memoria tampoco dura más de tres segundos. De ahí que ya nadie parezca recordar a estas horas aquella sesión de investidura en la Carrera de San Jerónimo en la que nuestro Della Róvere mesetario compareció con un programa que se parecía como dos gotas de agua al que viene aplicando Mariano Rajoy. Sí, como dos gotas de agua. ¿O tal vez propuso entonces incumplir el mandato comunitario de ajustar el gasto estatal en 5.000 millones? ¿O planteó acaso ampliar los plazos anuales para alcanzar el objetivo final de déficit? ¿O postuló siquiera incrementar la fiscalidad directa a las rentas altas a fin de poder costear un eventual incremento del gasto social? ¿Alguien lo recuerda? Yo no. Entonces, ¿qué nos ofrecía hace apenas unos meses el valeroso iconoclasta Sánchez Della Rovere? En el fondo, que no en la forma, lo mismo que Partido Popular. Desengáñense los ingenuos: sigue siendo humo con sifón.

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