El hombre que mató a su hijo en Barcelona se suicidó pocas horas después

Los Mossos creen que Martín Ezequiel Álvarez carecía de un plan de huida, aunque durante 23 días mantuvieron la búsqueda del sospechoso por tierra, mar y aire

El presunto asesino de su hijo en Barcelona, Martín Ezequiel Álvarez ABC

Elena Burés

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Han sido 23 días de búsqueda, por tierra, mar y aire, hasta que este pasado martes, a las 13:15, los Mossos d'Esquadra localizaron el cadáver de Martín Ezequiel Álvarez en una zona boscosa de difícil acceso, próxima al aeropuerto de Barcelona-El Prat, en cuyos alrededores un taxista lo vio por última vez. El hombre que habría matado a su hijo de dos años en una habitación del hotel Concordia el 24 de agosto se ahorcó con su propio cinturón , pocas horas después del crimen , según apunta la policía catalana.

Fueron agentes de la Unidad Subacuática los que localizaron el cuerpo del sospechoso, colgado de un árbol, en una zona de «difícil acceso», con vegetación espesa y de gran altura, según ha detallado el inspector Josep Naharro , jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) de Barcelona. «Un lugar que no tenía acceso por vía área ni terrestre», ha apostillado. De hecho, allí ya se había realizado, sin éxito, una inspección por vía terrestre y con un dron.

La principal hipótesis es que Álvarez accedió saltando las vallas de acceso, cerca de la terminal 1 , y que la intención, al escoger este espacio, era que no encontrasen su cuerpo. No ha sido hasta esta mañana cuando los resultados de las pruebas dactilares han confirmado «al 100%» que el cadáver era el del sospechoso. El «fuerte olor a putrefacción» fue lo que alertó a los agentes que dieron con él. Las condiciones climatológicas -calor y de humedad- a las que se ha visto sometido durante estos días, han obligado a certificarlo de este modo, aunque según fuentes policiales, la vestimenta era la misma que la que portaba el día del crimen , y en su cartera tenía fotos del pequeño, lo que dejaba lugar a pocas dudas.

Un centenar de pistas

«No hemos detectado ningún indicio que indique que esta persona tenía planificado el crimen . Ni para cometer el delito, ni para suicidarse después», ha indicado Naharro, quien ha explicado que durante estos días han mantenido abiertas todas las líneas de investigación: de la huida al suicidio. Por ello la familia del pequeño, incluyendo a su madre, ha contado con protección policial.

Hasta llegar a esclarecer el caso, los Mossos han investigado un centenar de pistas sobre el posible paradero del sospechoso, después de que el Cuerpo difundiese su imagen un día después del crimen para pedir colaboración ciudadana y conseguir así localizarlo. Ninguna ha sido útil. Desde la alerta por un autoestopista que subió a un vehículo en Barcelona y acabó en Figueras y que resultó ser un turista holandés, o campesinos que alertaban de que alguien les robaba fruta y que podría ser el presunto asesino.

Desde 2008, siete menores han sido asesinados por sus padres en Cataluña, como casos de violencia vicaria , es decir, con la intención de causar el máximo dolor a sus madres. En seis de ellos, según detalla la policía, los hombres también mataron a las progenitoras.

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