Hallan la cabeza cortada de un guerrero íbero de hace 2.300 años
Los restos aparecieron en el yacimiento de Olèrdola y permitirán la realización de estudios genéticos
Se trata del cráneo ritual más meridional identificado hasta la fecha en Cataluña
![Hallan la cabeza cortada de un guerrero íbero de hace 2.300 años](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2022/01/13/craneo-kN8E-U56168285733wjS-1248x698@abc.jpg)
Perdió la cabeza, sí, pero se libró de las llamas. Una rareza para una cultura que borraba buena parte de sus huellas practicando rituales de incineración y que permite ahora sumar una nueva pieza a los escasos restos humanos que se conservan de aquella época. Se trata, en concreto, de la parte frontal del cráneo de un varón, un guerrero probablemente, de entre 18 y 25 años de aproximadamente el siglo III antes de Cristo, valiosa pieza que fue localizada durante las intervenciones efectuadas a finales de 2021 en el yacimiento de Olèrdola (Alt Penedès).
Un equip de recerca del #MACarqueologia ha descobert un nou crani ritual ibèric a Olèrdola (Alt Penedès). ⛏
— Museu d'Arqueologia de Catalunya (@macarqueologia) January 13, 2022
👉 https://t.co/Wu6fB5kjk6#MAColèrdola @cultura_cat @patrimonigencat @ICAC_cat pic.twitter.com/UBZwIaDtkb
Al parecer, el hombre falleció hace unos 2.300 años, alrededor de la Segunda Guerra Púnica, y su cabeza decapitada fue exhibida de modo de trofeo junto a una torre defensiva. Una costumbre que parecía reservada a las tribus de los indigetes y los layetanos pero que, gracias a este hallazgo, se extiende también a los cosetanos. El hecho de que el cráneo conserve alguna pieza dental, destacan los investigadores, permitirá la realización de estudios genéticos, imprescindibles para conocer los orígenes de los grupos humanos que vivieron en la Península Ibérica entre los siglos IV y I antes de Cristo. "Estamos frente a un monumento nacional", ha celebrado el director del Museo Arqueológico de Cataluña (MAC), Jusèp Boya.
La cabeza de Olèrdola, que se ha presentado este jueves en Barcelona y se podrá ver hasta el domingo en el MAC dentro de la exposición 'El enigma íbero', es especialmente singular no solo porque nunca antes se había registrado la práctica de separar la cabeza del tronco fuera de los territorios de los indigetes y layetanos, sino también porque se trata de la cabeza cortada hallada más al sur de Cataluña. «Seguramente lo tenían expuesto en la entrada del recinto amurallado, para que todo el mundo lo viera, era un símbolo de poder», ha explicado Núria Molist, conservadora del Museo de Arqueología de Cataluña.
Los restos, cinco fragmentos de la parte frontal del cráneo, emergieron casi por sorpresa, cuando los arqueólogos trabajaban en la torre 2 de la muralla romana para documentar la transición entre íberos y romanos y entre los escombros aparecieron cerámicas, ánforas y también las diferentes partes del cráneo. La hipótesis de los investigadores es que la estructura sufrió un incendio y se derrumbó, quedando así el espacio sellado y manteniéndose a buen recaudo los restos de la cabeza cortada.
Hasta el momento, los investigadores todavía no han llegado a la roca madre, lo que les lleva a pensar que la excavación todavía puede ofrecer nuevas sorpresas. Entre los materiales aparecidos en la torre también destaca la punta de un pilum, lanza típica usada por las tropas romanas durante la Segunda Guerra Púnica.