Luz Guilarte - Tribuna Abierta
El trampantojo de Comunes y PSC para Barcelona
Estamos ante un presupuesto ficticio, basado en unos ingresos inciertos que dependen de las aportaciones del Estado y de la Generalitat, que no se pueden garantizar
El trampantojo es una técnica pictórica que juega visualmente con el espectador y que intenta engañar a la vista mediante la perspectiva. Como si de un trampantojo se tratara, el gobierno de Barcelona, ha presentado un presupuesto para 2020 al que han bautizado como “expansivo”.
A simple vista, simulan un incremento del gasto social, pero cuando entramos a analizar su “obra”, queda al descubierto el artificio empleado para ocultar su incapacidad para la gestión económica y la absoluta falta de rigor presupuestario. Para 2020, los barceloneses van a padecer un impuestazo generalizado con un incremento del recibo del IBI y del agua (entre otros) para las familias y que se ensañará con aquellos de los que depende la actividad económica y la creación de empleo: comerciantes, pymes y autónomos.
Estamos ante un presupuesto ficticio, basado en unos ingresos inciertos que dependen de las aportaciones del Estado y de la Generalitat, que no se pueden garantizar; y en el aumento de la deuda de la ciudad lo que pondrá en riesgo la sostenibilidad de las finanzas.
El trazo grueso de estos presupuestos, que prevén más ingresos por recaudación, esconde líneas de recortes considerables en temas que afectan de lleno a la justicia social, como son las ayudas a la atención de personas con discapacidad, las subvenciones en el IBI a las familias monoparentales y a las personas con escasos recursos económicos. Y es que mientras a populistas y socialistas se les llena la boca hablando de los derechos sociales, el esfuerzo tributario que van a exigir a la ciudadanía se va a destinar en la práctica a innumerables entidades políticamente afines. De igual forma, la inseguridad, que sigue siendo el principal problema de los barceloneses, queda relegada en estos presupuestos. Si los delitos han aumentado un 40%, el gobierno solo aumentará un ridículo 9% a esta partida.
Estamos ante un presupuesto tramposo, confiscatorio y que es fruto de la incompetencia y a la ineficacia del sectarismo del gobierno municipal.