Luz Guilarte - Tribuna Abierta
El runrún
Defender el bien común es precisamente lo que no ha hecho el gobierno de Colau, con la ayuda inestimable del PSC de Salvador Illa y de los partidos independentistas
El runrún en las calles, en las plazas, en los bares... El runrún es defender el bien común. Así rezaba el estribillo de la canción con la que Ada Colau se presentó a las elecciones municipales de 2015. Seis años después, el runrún se percibe de otra manera.
El runrún en las calles. Unas calles que se han llenado de suciedad, de plagas de ratas, vivas o muertas, de chinches, donde la vegetación y las malas hierbas crecen sin ningún tipo de control en nombre de una supuesta renaturalización del espacio público, y donde si paseamos por según qué distritos nos podemos dejar los pies pisando bolsas de basura que el Ayuntamiento no recoge.
El runrún en las plazas. Unas plazas que por las noches se han convertido en un 'botellódromo' o en un 'ring' de boxeo, ante la ineptitud del concejal de Seguridad, Albert Batlle, y la falta de recursos con la que tiene que lidiar nuestra Guardia Urbana. Por el día, las plazas se han convertido en juez del hartazgo de la ciudadanía con las políticas sin sentido de Colau, por eso cada vez que aparece en público se lleva un abucheo y unos cuantos silbidos.
El runrún en los bares. Los que siguen abiertos, muchos de ellos se han visto obligados a bajar la persiana al no poder pagar el indiscriminado aumento de la tasa de terrazas en plena pandemia y sin ayuda ninguna por parte del Ayuntamiento. Los que pueden pagar tienen que lidiar también con la negativa del Ayuntamiento para facilitarles una licencia.
Defender el bien común es precisamente lo que no ha hecho el gobierno de Colau, con la ayuda inestimable del PSC de Salvador Illa y de los partidos independentistas.
El runrún cuenta que Colau tiene la intención de volverse a presentar en 2023, en cambio el runrún de los barceloneses lo que le están diciendo es que se vaya con la música a otra parte.