Luz Guilarte - Tribuna Abierta
Un problema que nos ocupa
La alcaldesa justifica, promociona, subvenciona y blanquea las actuaciones de estos delincuentes quienes no dudan en amenazar, extorsionar e incluso agredir a los sufridos vecinos
Cataluña es la comunidad autónoma con más okupaciones en España y la mayoría suceden en Barcelona, y eso se debe principalmente a dos motivos: el fracaso en las políticas de vivienda social y la complicidad con este tipo de delito por parte de la Generalitat y del Ayuntamiento.
Durante los diferentes gobiernos de la Generalitat no se han desarrollado políticas activas en la materia, lo que ha derivado que actualmente el parque de vivienda pública en Cataluña solo sea del 2%, muy lejos del 15% que marca la Ley. Lo mismo ocurre con la vivienda social construida por el ayuntamiento de Barcelona. La gran promesa de Colau era la construcción de 8000 viviendas pero la realidad es que solo ha construido 800 mientras hay más de 600 familias en la Mesa de Emergencia Habitacional ¿Esta es la justicia social de la que tanto se llenan la boca los comunes?
Otro factor determinante para el incremento de esta actividad delictiva en Barcelona es, sin duda, la complicidad de Colau con los Okupas. Un ejemplo de ello es que solo durante este verano las ocupaciones aumentaron un 41%, con una media de seis diarias en la ciudad, según la Guardia Urbana. La alcaldesa con sus actuaciones justifica, promociona, subvenciona y blanquea las actuaciones de estos delincuentes quienes no dudan en amenazar, extorsionar e incluso agredir a los sufridos vecinos.
A esta problemática hay que sumarle además el turismo okupa. Esta ‘oferta turística’ la pudimos comprobar en el Turó de la Trinitat, en un edificio que Colau compró ya okupado para cederlo a los mismos okupas, quienes lo han convertido en una pensión a la que vienen okupas de todas partes de Europa.
Ante esta situación hemos presentado una serie de medidas para la apliación de un Plan Municipal contra la Okupación pero lamentablemente ha sido rechazado por Colau, el PSC y sus socios de ERC, quienes nuevamente decidieron unir sus votos para seguir guiando a la ciudad hacia una deriva que costará muchos años revertir.