Luz Guilarte - Tribuna abierta
Escombros
Barcelona es una ciudad asediada, primero por los independentistas, que no dudan en quemar todo lo que encuentran por delante para poner de manifiesto sus reivindicaciones utópicas, reduciendo la ciudad a escombros
A lo largo de la historia, han sido muchos los dirigentes que se han obsesionado con destruir una ciudad para levantar otra a su imagen y semejanza, en consonancia con su megalomanía y ego desmesurado, pasando por encima del sufrimiento de los ciudadanos, en una visión mesiánica de la historia.
Muchos de ellos morían en el intento, frente al asedio de los enemigos y dejaban ciudades totalmente derruidas y muy alejadas de aquello que habían soñado. Unas ciudades en las que únicamente quedaban los escombros.
En la actualidad encontramos casos parecidos y comparables de delirios de grandeza asimilables a los del Antiguo Egipto, Babilonia o la Roma Imperial, y un claro ejemplo de ello sería la Barcelona de Colau y del PSC.
Barcelona es una ciudad asediada, primero por los independentistas, que no dudan en quemar todo lo que encuentran por delante para poner de manifiesto sus reivindicaciones utópicas, reduciendo la ciudad a escombros. Pero el peor asedio es el que lleva a cabo el propio desgobierno municipal. Está intentando construir una nueva Barcelona a costa de reducir a escombros la actual, imponiendo su modelo como si de un Nerón cualquiera se tratara. Una nueva Barcelona que se caracteriza por la inseguridad, el desurbanismo táctico o la suciedad en las calles.
Estamos convencidos que Colau y el PSC no serán una excepción y también morirán (políticamente) en el intento, pero después alguien tendrá que, primero, recoger los escombros de la destrucción para, después, volver a reconstruir la ciudad.
En Ciutadans estamos dispuestos a ello, tenemos proyecto y tenemos equipo, somos una alternativa transversal que une a todos los barceloneses en la recuperación de la ciudad, en todos los sentidos.
No será una tarea fácil, cuanto más tiempo pasa, más destrucción y escombros dejan a su paso, pero debajo de toda esa ruina volveremos a encontrar la luz y la brillantez de la ciudad perdida que un día fue y que muchos de nosotros conocimos, vivimos y disfrutamos, y que ahora sufrimos.