Luz Guilarte - Tribuna Abierta
El mal ejemplo de Barcelona
La ausencia de transparencia del gobierno de Colau se demuestra con adjudicaciones a dedo a entidades afines, a empresas investigadas por presunta corrupción
El pasado lunes se conmemoró el Día Internacional contra la corrupción, un problema que sigue siendo una de las principales preocupaciones de los españoles. En los últimos años hemos sido testigos de cómo la sentencia de la Gürtel sacudía los cimientos del PP, el caso de los ERE’s confirmaba al PSOE como el partido político más corrupto de la democracia y descubrimos que el «procés» nació para tapar la trama del 3% de Convergencia.
La corrupción parece un mal endémico asociado a nuestra cultura política y que ha restado recursos públicos y ha mermado la productividad y la eficacia de las políticas públicas. Esta fue una de las razones, junto con la lucha contra el separatismo, por las que nació Ciudadanos y desde entonces hemos trabajado activamente proponiendo medidas para revertir este problema en Andalucía, Murcia o Madrid.
Sin embargo queda mucho por hacer y el mayor riesgo se encuentra ahora en el pacto entre PSOE y Podemos, con el más que probable apoyo de los separatistas. En Barcelona, conocemos bien las consecuencias de este tripartito, que de facto gobierna la ciudad, donde la ausencia de transparencia del gobierno de Colau se demuestra con adjudicaciones a dedo a entidades afines, a empresas investigadas por presunta corrupción y donde el fraccionamiento de contratos menores se ha convertido en práctica habitual.
Esta fórmula de gobierno, que ha abandonado a su suerte a la ciudad, basado en la subida indiscriminada de impuestos para tapar la incapacidad, la mala gestión y financiar las malas prácticas, parece ser el modelo que quiere replicar Pedro Sánchez. Si finalmente Sánchez se entrega a ese pacto, negándole a España la opción de un gobierno de progreso y regeneración, estará repitiendo el mismo libreto que ha convertido a una ciudad como Barcelona, que siempre ha sido un referente nacional e internacional, en un mal ejemplo en materia de seguridad, convivencia, transparencia y desarrollo económico.