Eva Granados - Tribuna abierta

Pasemos página

«Socialmente, hay que recordar que Catalunya fue la primera autonomía en aplicar recortes y hoy estamos siendo los últimos en revertirlos»

Eva Granados

Compatriotas, esta legislatura no tiene más recorrido político». «Ningún Gobierno puede funcionar sin lealtad entre sus socios». Son palabras pronunciadas hace poco más de un mes por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en una declaración solemne plagada de reproches a ERC. La batalla entre independentistas no tendría mayor importancia si no fuera por las consecuencias que hemos sufrido el conjunto de la ciudadanía durante estos años de matrimonio de conveniencia.

La aventura del proceso independentista ha tenido y tiene un coste muy elevado para catalanes y catalanas y también para Cataluña. Quizás, más allá del duro y duradero impacto en la calidad de la convivencia entre catalanes, que es con diferencia la consecuencia más dolorosa, una de las grandes mentiras del independentismo ha sido ocultar el coste económico y social.

Económicamente porque en el momento de cambios disruptivos en el que estamos, como es la adaptación del tejido económico a la descarbonización y digitalización, las necesarias estrategias formativas para adaptar a los trabajadores a los nuevos empleos y la priorización de las políticas industriales y sectoriales para hacer frente con éxito a las nuevas exigencias globales no se han llevado a cabo, todo está por hacer. Años perdidos sin planes de gobierno, sin actuaciones públicas de calado. También es imprescindible recordar la fuga de depósitos y de sedes de bancos y empresas por la inseguridad jurídica y la inestabilidad política, con todo lo que significa de pérdida de peso de nuestra economía y de desaparición de centros de decisión. Y por último, en demasiadas ocasiones Catalunya ha dejado la silla vacía a la hora de negociar con el Gobierno, renunciando a mejoras.

Socialmente, hay que recordar que Catalunya fue la primera autonomía en aplicar recortes y hoy estamos siendo los últimos en revertirlos. Con el tiempo se han normalizado situaciones de vulnerabilidad, polarización social y transmisión de pobreza que son inadmisibles con la riqueza del país. Catalunya se sitúa a la cola en gasto sanitario, educativo y de servicios sociales. Un dato: Catalunya ha pasado de la 5a posición (2009) entre todas las CCAA en servicios sanitarios, a la 14a el año 2019.

Lo mejor que podría hacer Quim Torra es ser consecuente con sus propias palabras y convocar elecciones cuanto antes. Más allá de las promesas incumplidas a los votantes independentistas, Catalunya necesita pasar página a una década perdida. Pasar página a una década que solo ha supuesto desunión y de pérdida de calidad de vida.

Eva Granados es portavoz del grupo del PSC en el Parlament

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