Ángel González Abad - Los martes, toros
La Generalitat decide por ti
«La guerra del taxi tiene su deriva catalana, como casi todo»
La guerra del taxi tiene su deriva catalana, como casi todo. Y es que para que el ciudadano no tome decisiones, no vaya a ser que sean equivocadas, la Generalitat se hace responsable de esa anhelada Cataluña feliz. Que usted no sabe si seguir parando el taxi con la manita o pedir un coche de Uber o Cabify, no se preocupe, la Generalitat le ahorra la duda. Que aquí, para para ser feliz sobran hasta los tres mil empleos que va a suponer la salida de las compañías de alquiler de vehículos con conductor.
Entre el taxi y las VTC, no lo dude, la Generalitat ya lo ha hecho por usted. Como entre el catalán y el castellano, en colegios y a la hora de rotular las ofertas comerciales. Para qué dejar que el ciudadano piense, si se le puede dar todo lo que necesita mascadito, sin problemas de conciencia. Aquí no hay dilemas que valgan, y entre el fútbol y los toros; la cosa también quedo clara. Y nada importa ni la legislación ni el derecho a ejercer una actividad empresarial perfectamente regulada.
Cuando en julio de 2010, el Parlament prohibió las corridas de toros poco importó que se estuviera vulnerando el derecho de muchos ciudadanos a disfrutar de un espectáculo legal, pues aquel animalismo mal entendido era tan cuestionable como la normativa que ha hecho que las empresas de VTC se vean obligadas a abandonar Cataluña dejando a más de tres mil personas en la calle. En Cataluña uno no puede elegir entre un taxi o un Cabify, y tampoco si prefiere ir a los toros o al fútbol. La Generalitat decide por ti.