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Un futbolista senegalés, al rescate de los temporeros que duermen en las calles de Lérida

Los hosteleros niegan haber puesto trabajas para alojar a jornaleros en sus establecimientos

Unos 200 temporeros inmigrantes duermen en las calles de Lérida EFE

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Asegura que no quería hacer pública su ayuda a los temporeros que duermen en las calles de Lérida, pero que se vio obligado a publicitarlo ante las trabas que encontró para que tuvieran un techo. El futbolista del Mónaco Keita Baldé, de padres senegaleses, ha alquilado un edificio para que los jornaleros que duermen en las calles de la ciudad tuvieran, por fin, un lugar digno donde alojarse tras maratonianas jornadas en la campaña frutícola.

Antes habían llamado, sin éxito, a la puertas de una docena de hoteles, que según él tiraron balones fuera. Desde la Federación de Hostelería de Lérida dan una versión bien distinta: «Hemos comprobado peticiones por correo recibidas el viernes pero no ha dado tiempo para contestarlas. Lamentamos las graves acusaciones que no tienen fundamento» , defendió en Cope Ramón Solsona, gerente de la entidad.

Keita Baldé es un futbolista profesional de 25 años que juega de extremo en la primera división francesa. De descendencia senegalesa, nació en Arbucias (Gerona), vivió en Sant Celoni (Barcelona) y luego en la capital catalana, jugando en las categorías inferiores del FC Barcelona. A través de las redes sociales, Baldé, que aseguró en un vídeo de Instagram que en sus años en Cataluña nunca tuvo problemas por su color de piel, se enteró de la situación que sufrían decenas de jornaleros desplazados a Lérida: se veían obligados a pernoctar, un año más, en las calles. En esta campaña con el agravante, además, de que el Covid-19 ha complicado las cosas todavía más si cabe .

El futbolista y la activista local Nogay Ndiaye contactaron, y la segunda se puso rápidamente manos a la obra con estas gestiones. Nogay Ndiaye llamó a las puertas de doce establecimientos hoteleros de la ciudad de Lérida -todos de una, dos y tres estrellas, con excepción de uno de cuatro-, pero no consiguió firmar un contrato con ninguno de ellos, según ha asegurado en una conversación con ABC. Ni sabiendo que llenarían el establecimiento y que cobrarían los cuatro meses por adelantado, según la activista.

Ndiaye extendió su búsqueda a comunidades de propietarios de edificios abandonados, inmobiliarias. Y nada. Solo un hotel que desde el primer momento mostró su voluntad de acoger a temporeros. Era el Reina Isabel, con capacidad para medio centenar de jornaleros. El problema es que está en las afueras de la ciudad y, sin vehículo propio, el desplazamiento para los jornaleros sería complicado. «Nos parecía injusto hacerles caminar una hora para ir a dormir después de tantas horas trabajando en el campo», explicaba Ndiaye. Por eso lo mantienen como «comodín» por si no logran realojar a todos.

El empeño de Ndiaye, que colabora con la plataforma Fruta con Justicia Social y otros activistas, acabó dando sus frutos. Encontraron un «edificio bastante céntrico» de tres plantas en el barrio de la Mariola que podrá dar cabida a unos sesenta temporeros. Ahora ultiman los trámites de suministros y mobiliario, con lo que esperan que a finales de semana puedan ya instalarse . Será un primer paso, pero no suficiente.

Allí podrán dormir unos sesenta, pero ronda los dos centenares el número de jornaleros que pernoctan en las calles de Lérida, pese a que los agricultores están obligados a darles alojamiento. La mayoría lo cumplen -en el punto álgido de la campaña trabajan unos 30.000 jornaleros-, aunque una minoría no, y decenas de ellos acaban durmiendo en la calle. Y las administraciones, por incapacidad o desidia, no lo han solucionado.

Tras la confirmación de este primer alojamiento, Ndiaye mantiene conversaciones con los propietarios de un hostal, que, aunque hace un tiempo que cerró, se conserva en buenas condiciones y amueblándolo sería un alojamiento digno para otra cincuentena de jornaleros . Keipa Baldé también envió dinero para sufragar la comida de esos jornaleros durante esta semana, tarea de la que se llevan encargando, desde hace tiempo, los activistas locales.

Manifestación

La situación, un año más, de estos temporeros, ha indignado a asociaciones vecinales del centro histórico de Lérida, que claman contra la supuesta inacción del Ayuntamiento -ahora gobernado por ERC- y de la Generalitat en este asunto. Por eso han convocado para el sábado una manifestación. «Cada año los políticos de todos los partidos dicen poner manos a la obra para que el año siguiente no se repita y todos hacen las campañas iguales, comenzando tarde y sin previsión ni acciones efectivas para solucionar los problemas de alojamiento de las personas trabajadoras del campo», dicen los convocantes. El Ayuntamiento habilitó un pabellón para alojar a algunos cuando llevaban semanas durmiendo en la calle.

« No estoy aquí por buscar una guerra moral, social, de raza, o de tu vienes de aquí o vienes de allá . Estoy aquí solo para ayudar con comida, hogar y algo de ropa», explicaba Baldé en un vídeo de Instagram, con 50.000 reproducciones. Muchos esperan que este gesto ayude a visibilizar un problema que lleva años enquistado.

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