Francisco Domínguez - Tribuna abierta

El sector del vino en tiempos del Covid-19

«La prioridad es la reactivación del turismo, de las visitas a bodegas, establecimientos hoteleros y restaurantes con las máximas garantías sanitarias para trabajadores y clientes»

Francisco Domínguez

No es nuevo que el vino en Cataluña es más que un simple producto de consumo. Los romanos del puerto de Ostia ya veían con recelo los vinos procedentes de Tarraco y, ya más reciente, en el SXIX el puerto de Tarragona fue el máximo exportador español de vinos hasta hace pocas décadas.

Y seguimos hoy en día con once denominaciones de origen catalanas, además de la del Cava, con más de 600 bodegas embotelladoras. La industria del vino en Cataluña supone casi el 12% del vino de toda España, representa más del 18% del sector agroalimentario de nuestra comunidad y casi el 2% del total de la industria catalana. En Cataluña más de 8.000 agricultores se dedican al cultivo de la viña y, en total, podemos afirmar que en el sector se ocupan más de 25.000 trabajadores entre el cultivo, las bodegas, la distribución y el sector servicios. Unas cifras nada desdeñables.

La actual pandemia del Covid-19 no es sólo una crisis sanitaria, se ha convertido en una crisis social y económica sin precedentes, y el sector vitivinícola no queda excluido de su afectación. Es evidente la debacle en el turismo con el cierre de hoteles, restaurantes y cafés (HORECA). En consecuencia, las bodegas que destinaban su producción a estos establecimientos han reducido sus ventas de forma alarmante. ¡En algunos casos por encima del 85%!

Estas empresas, muchas de ellas familiares, ven que sus almacenes siguen llenos mientras que la vendimia de este 2020 se prevé abundante a 4 meses vista. ¿Caerán en picado los precios? La vitivinicultura es el motor económico en gran parte de nuestras zonas rurales, desde la viña hasta la mesa del restaurante, dando trabajo a agricultores, técnicos, elaboradores, comerciales, transportistas y restauradores, afectados ahora con una actividad bajo mínimos incluso por ERTE.

La iniciativa individual busca reinventarse y se exploran nuevos escenarios de negocio, como el salto a la venta por internet o las catas virtuales, pero ante esta situación debemos exigir a las administraciones que afronten el desafío y actúen de manera coordinada. Mientras desde la Unión Europea se barajan temas muy técnicos como la vendimia en verde, la destilación de crisis o el almacenamiento privado para equilibrar la oferta y la demanda, tanto el Gobierno de España como el Govern de la Generalitat deben actuar con ayudas inmediatas que garanticen la liquidez y, por tanto, la supervivencia de las empresas más afectadas.

La prioridad es la reactivación del turismo, de las visitas a bodegas, establecimientos hoteleros y restaurantes con las máximas garantías sanitarias para trabajadores y clientes. Y esto debe ir acompañado de campañas comunicativas, con apoyo institucional, que den garantías de seguridad a los potenciales usuarios y que sitúen la cultura del vino en el lugar que se merece.

Por todo ello, desde Cs vemos imprescindible que el DARP ofrezca un mayor apoyo al sector vitivinícola ahora y en adelante, porque después del COVID seguiremos disfrutando de nuestros paisajes de viñas con encanto, de nuestras bodegas, del turismo rural y del vino como un alimento inseparable de la dieta mediterránea y de nuestra cultura.

Francisco Domínguez es del diputat de Ciudadanos en el Parlament

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