Miquel Porta Perales - El oasis catalán
A la francesa
El independentismo catalán ha conseguido que la sanidad y la educación del país estén en el furgón de cola
El independentismo catalán, empantanado en su quimera, se olvida de la sanidad, la educación, los bomberos y todo lo que no tenga que ver con el proceso. Pero, la realidad está ahí: inversión escasa, pocos recursos, falta de personal, sobrecarga laboral, listas de espera, aulas saturadas, recortes salariales, huelgas. Mientras tanto, el gobierno (?) de la Generalitat se entretiene dinamitando el Estatuto y la Constitución, convocando un referéndum ilegal o declarando la independencia unilateral de Cataluña. Así se dilapida el tiempo y los recursos. Así se devalúa la sanidad y la educación en Cataluña. El independentismo catalán ha conseguido que la sanidad y la educación del país estén en el furgón de cola. Ante el desastre, un diputado de JpC -ejemplo de nacionalismo tosco, valga la redundancia-, afirma que la solución -la lista de espera «no es esencial», dice corto y perezoso- está en la autodeterminación y la República que nos traerán ríos de leche y miel.
Así las cosas, planteo la siguiente pregunta: ¿cuál sería la situación si España hubiera sido, o fuera, un Estado a la francesa? Es decir, un Estado relativamente descentralizado -regiones, departamentos, comunas- con recursos y competencias limitadas. Muy probablemente, con dicha organización territorial -añadan una cultura democrática de los representantes regionales- las autoridades del lugar no lo tendrían tan fácil para frecuentar la deslealtad institucional y constitucional propia del independentismo catalán que ha llevado a invertir planes, esfuerzos y recursos en la ficción y obsesión independentista. Pero, España no es Francia. Aunque, no es menos cierto que hay una manera de reordenar el Estado a la francesa. Nada impide una reforma constitucional que tase y cierre competencias. No se escandalicen. Además de Francia, hay otros países como Alemania o Italia que tienen algo parecido. Hechos diferenciales, los justos. Y dentro de la legalidad. En beneficio de todos. También, de la sanidad y la educación.