La Fiscalía pide 25 años de cárcel para los autores del crimen de la Guardia Urbana

El cadáver de un agente apareció calcinado en su maletero; los procesados son la novia del fallecido y su expareja

El ministerio público, que les acusa de un asesinato con alevosía, cree que actuaron de forma coordinada

El cadáver del agente apareció en un maletero en el pantano de Foix en mayo de 2017 EFE

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La Fiscalía ha pedido 25 años de cárcel para la policía Rosa Peral y 24 para el también agente Albert López por un asesinato con alevosía. Es el conocido como crimen de la Guardia Urbana . El cuerpo de Pedro Rodríguez, también urbano, apareció calcinado en el maletero de un coche en mayo de 2017 en el pantano de Foix. La víctima era novio de Rosa Peral. Y Albert López, el otro encausado, el exnovio de ella, con quien había retomado la relación.

Sucedió la madrugada del 2 de mayo de 2017. Los dos encausados, «de común» acuerdo, decidieron acabar con la vida de Pedro Rodríguez, según considera la Fiscalía en su escrito de acusación que ha presentado la mañana de este martes ante los juzgados de Vilanova i la Geltú (Barcelona), de cara a un juicio, con popular popular, todavía sin fecha. El crimen lo cometieron supuestamente en la vivienda que Rosa y la víctima compartían en dicha localidad. Según la Fiscalía, los dos acusados estaban implicados. Actuaron «conjuntamente o uno de ellos con la anuencia del otro» . Se aprovecharon, además, de que Pedro Rodríguez estaba en casa, totalmente relajado. Buscaron «tanto el momento como los medios más idóneos» para que la víctima, de gran corpulencia, no pudiera defenderse ante un ataque mortal.

Un enredo sentimental

Para entender el crimen hay que fijarse en el complicado entramado sentimental en que el de una manera u otra participaban víctima y acusados. Los dos supuestos implicados en el asesinato se conocían por ser ambos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona. En 2012 comenzaron una relación, sin llegar a vivir juntos. Rosa Peral vivía entonces en Vilanova i la Geltrú con su marido y sus dos hijas menores. Además, en 2016 Rosa inició otra relación con Pedro Rodríguez –la futura víctima–, también urbano, manteniendo abiertas las otras dos relaciones: tanto la de su pareja como con Albert López, el otro acusado.

En diciembre de 2016 Rosa y su marido se separaron; éste abandonó el domicilio, intensificándose entonces la relación entre Rosa y Pedro, quien se trasladó a vivir a la casa familiar de Vilanova. Pero en enero de 2017 Albert descubrió el vínculo sentimental que había entre Rosa y Pedro. Los dos acusados se distanciaron, al tiempo que Albert, en venganza, decidió desvelar a Pedro que Rosa había estado teniendo una aventura con los dos hombres al mismo tiempo. Se generó entonces en Pedro un clima creciente de desconfianza respecto a Rosa, provocando frecuentes discusiones entre ellos y celos recíprocos. Al mismo tiempo, y a consecuencia de lo anterior, Albert mostraba una hostilidad profunda hacia Pedro, con deseo de revancha.

Fue en este contexto que entre marzo y abril de 2017 se produjo un paulatino acercamiento entre Rosa y Albert, que desembocó en que ambos llegaron a la conclusión de que, por diversas razones, Pedro obstaculizaba su relación. Así pues, decidieron acabar con su vida. Tras cometer el crimen, se valieron de sus conocimientos como policías para tratar de hacer creer a los investigadores que el autor había sido el anterior marido de Rosa. Condujeron varias veces el móvil de la víctima a la urbanización de La Bisbal del Penedès (Tarragona) donde vivían al hombre que querían involucrar, para delatar su posición geográfica. También se afanaron en airear las malas relaciones que la víctima mantenía con él. En ese mismo contexto, al día siguiente metieron el cadáver de la víctima en el maletero de su propio coche, lo llevaron hasta una pista forestal y le prendieron fuego. El cuerpo resultó casi enteramente carbonizado, dificultando la comprensión de cómo cometieron el crimen.

El ministerio público solicita también que, de forma conjunta y solidaria, los dos procesados indemnicen con un total de 785.000 euros al hijo, el padre, los hermanos y la excompañera sentimental de la víctima.

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