Audiencia de barcelona

El fiscal del crimen de la Guardia Urbana: una «charlatana» y el «rey de la selva» mataron a Pedro

En su informe final en el juicio, Martín insiste en que Rosa y Albert lo mataron porque les estorbaba

Albert López y Rosa Peral, este lunes en el juicio que acoge la Audiencia de Barcelona EFE

J. Hierro

Los guardias urbanos Rosa Peral y Albert López se culparon mutuamente de haber matado al también agente Pedro Rodríguez. Pero el fiscal del caso, Félix Martín, no se cree ni a uno ni a otro . Considera que fueron los dos amantes, de común acuerdo, quienes mataron y calcinaron en un maletero el cadáver del policía con quien mantenían un triángulo amoroso. Y es que Pedro, el novio de Rosa, con el que ella convivía en un chalé de Cubelles (Barcelona), era para los acusados simplemente un «saco de patatas podridas que hay que tirar a la basura» .

Así lo ha definido el fiscal al presentar su informe en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona. Este lunes, sin público por la crisis del coronavirus. El fiscal no se ha creído «absolutamente nada» de lo declararon Rosa y Albert, y cargado duramente contra la primera, que con su verborrea había intentado desentenderse del crimen y culpar a su amante. «Si estamos a solas dos o tres horas, es capaz de convencernos de que hemos sido nosotros quienes hemos matado a Pedro. Esta es la señora Rosa Peral», ha advertido el fiscal al jurado, que tiene en sus manos el futuro de los acusados, para quien el fiscal pide 25 años de cárcel.

El crimen del agente Pedro Rodríguez en mayo de 2017 lo cometieron entre los dos, ha insistido el fiscal. Rosa, una «charlatana de feria» , y Albert, un «macho» que quería ser «el rey de la selva» . Pensaron, según su tesis, que Pedro era un estorbo para una relación que los acusados habían retomado. Por eso decidieron que lo mejor era matarlo. Rosa, porque veía en Pedro un corsé que le molestaba para tener otras aventuras amorosas. Y Albert, un policía que «representa una masculinidad primitiva» y que, en síntesis, pensaba en hacer todo «lo necesario para recuperarla» y convertirse «en el rey de la selva». «Pedro era un saco de patatas podrido que hay que tirar a la basura, (...) del que había que deshacerse como sea », ha insistido Martín. Ahora, el tribunal del jurado decidirá.

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