Fernando Sánchez Costa - Tribuna Abierta

El último traidor

El último traidor que conocemos a fecha de hoy es Jaume Alonso-Cuevillas, diputado de Junts que ha sido relevado como miembro de la Mesa del Parlament

Jaume Alonso-Cuevillas ABC

Todos los procesos revolucionarios utópicos tienden necesariamente al señalamiento y a la purga de traidores. La revolución siempre devora a sus hijos, porque es imposible encajar en la realidad los compromisos absolutos de la utopía. También ha pasado con el 'procés' catalán.

En realidad, el nacionalismo catalán había señalado siempre a algunos traidores estructurales. Eran los cargos y votantes del PP. Hace ya unos 15 años ese perímetro de malos catalanes se amplió a Cs. En palabras ahora de moda, eran partidos que no eran catalanes, sino estaban en Cataluña. Lo que pocos imaginaban es que el 'procés' iba a ir ampliando progresivamente la nómina de traidores hasta llegar a señalar al mismo abogado de Puigdemont.

El PSC fue incluido en la lista de los partidos desleales a partir de 2014, tras una dura campaña mediática para partir el partido por dentro. Pocos rechistaban o denunciaban estas prácticas hasta que les llegó a ellos. Fue el caso de los comunes, a partir de otoño de 2017 y de los plenos de la vergüenza.

Sin ánimo de dejar de buscar culpables tras la frustración de no haber conseguido sus objetivos, el independentismo empezó a buscar traidores entre sus filas. Los primeros fueron los 'moderados' como Santi Vila, que sufrió un escarnio por haber dimitido días antes de la DUI. Junto a él, todos los independentistas que creían que la vía unilateral no era la solución.

Pero todo proceso rupturista que no alcanza sus objetivos y que se mantiene a través de propaganda populista acaba en la radicalización de sus masas. Y es así como hemos llegado al momento actual en el que los fanáticos 'postconvergentes' acusan a ERC de haber traicionado al movimiento nacionalista a cambio de llegar a gobernar la Generalitat.

El último traidor que conocemos a fecha de hoy es Jaume Alonso-Cuevillas, diputado de Junts que ha sido relevado como miembro de la Mesa del Parlament por señalar que no era inteligente jugarse la inhabilitación por tramitar las resoluciones sobre el Rey y la autodeterminación que, a su juicio, «no lleva a ningún lugar».

Cuevillas es el último traidor, pero no por mucho tiempo. La fábrica de traidores sigue en producción.

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