Nueva etapa

Dos movimientos decisivos frenaron el ‘procés’ en los aciagos días de octubre de 2017. Por un lado, el discurso del Rey Felipe VI. Por otro, la histórica manifestación del 8 de octubre convocada por Societat Civil Catalana (SCC). Sólo después de ello fue posible una aplicación pacífica del artículo 155.

Desde entonces la entidad constitucionalista ha seguido combatiendo el nacionalismo excluyente día a día, adaptando la estrategia a los distintos escenarios que hemos vivido. Hoy se celebra la Asamblea anual de socios de SCC donde se presenta el nuevo plan estratégico.

Societat Civil Catalana se propone llegar a 100.000 simpatizantes. Si queremos propiciar un verdadero cambio social, cultural y político en Cataluña es imprescindible contar con una base social muy amplia, que tenga fuerza para incidir en la opinión pública y política catalanas.

Para ello, es necesario lograr una implantación fuera del área metropolitana de Barcelona. SCC tiene ganas de calle y de territorio. La Cataluña constitucional debe estar fuerte en toda Cataluña. No olvidemos que un voto en Lérida cuenta el doble que uno en Barcelona. Es fundamental acompañar a todos los catalanes de ‘seny’ que viven en la Cataluña interior y se sienten abandonados por todos.

Queremos seguir siendo la casa común del constitucionalismo y la voz clara de millones de catalanes tantas veces invisibilizados en los espacios de poder de Barcelona y Madrid. Para ser más efectivos en este punto, hemos impulsado la Mesa Cívica como espacio de cooperación y colaboración con todas las entidades constitucionalistas. Solo desde la unidad de actuación podremos lograr un cambio.

En 2017 se comprobó el papel decisivo de la sociedad civil para hacer frente al desafío independentista. Lo logramos. Hoy, en 2021, seguimos trabajando para revertir la decadencia de Cataluña y devolver la convivencia, la paz y la prosperidad a todos los catalanes.