Joan Carles Valero - Letras expectativas

Experiencia comestible

Rara avis de la hospitalidad, creatividad y mestizaje gastronómico, en Spoonik proponen comerse una experiencia a lo largo de 150 minutos

Un estudio de Esade concluye que en hostelería son tendencia innovadora los procesos de co-creación con clientes, entendidos como su participación en el diseño de experiencias, así como el establecimiento de vínculos a través de las redes sociales y una inversión en estructuras que canalicen el talento y los activos para convertir al cliente, de nuevo, en el foco y protagonista de la experiencia. Como ocurre en Spoonik.

En el caso de los restaurantes, las experiencias deben ser comestibles y memorables, un objetivo que algunos logran con una «mise-en-scène» que convierte el ágape en una ópera efímera. El «somni» de los hermanos Roca epató hace cuatro años con su propuesta de banquete en doce actos. Una obra total, multidisciplinaria, analógica, digital, real, onírica, cibernética y, por encima de todo, gastronómica donde combinar música, poesía, artes escénicas, filosofía, pintura y, naturalmente, cocina. Ese es el objetivo diario del colombiano Jon Giraldo, cuarta generación de hosteleros, y del mexicano Jaime Lieberman, artista pluridisciplinar.

En paralelo al sueño de los Roca, esta pareja de creadores inauguró el concepto Spoonik, primero de forma «clandestina» en su propio hogar. Hace casi dos años, abrieron un restaurante con ese mismo nombre que fonéticamente recuerda a Sputnik, que significa satélite en ruso y también «compañero de viaje». Además, Sputnik fue un transgresor e innovador programa televisivo que ayudó a los catalanes a descubrir música. Algo parecido pasa en el restaurante Spoonik y su renovado club en la residencia de los chefs latinoamericanos.

Rara avis de la hospitalidad, creatividad y mestizaje gastronómico, en Spoonik proponen comerse una experiencia a lo largo de 150 minutos en una puesta en escena teatral donde los platos son el hilo conductor de un «show» que va más allá de los sabores, las texturas y las vanguardistas técnicas culinarias. El menú degustación lo integran productos mayoritariamente mediterraneos pero con condimentos, texturas, sabores e influencias de la cocina de México y Colombia.

El factor sala en un restaurante gastronómico, al igual que la bodega y los lavabos, son puntuables para la obtención de distinciones. En el caso de Spoonik, el menú es servido también por un personal que interpreta una obra coral que sumerge a los comensales en el onírico mundo que expone un sumiller enfundado en unos correajes y que explica que el placer no se encuentra en el acto de la ingesta, sino en el sometimiento a un juego cuyas reglas solo conocen los chefs, convertidos en maestros de ceremonias de un viaje gastronómico y enológico que será recordado como experiencia a repetir.

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