Una exdirectiva denuncia acoso laboral en la Federación Catalana Fútbol
A su vez, el organismo se ha querellado contra Francisca Linares, a la que acusa de realizar viajes sin justificar con sus fondos, algo que ella niega
El final de una relación sentimental en 2015, desembocó en un acoso y derribo contra una directiva de la Federación Catalana de Fútbol , Francisca Linares . Así lo ha denunciado ella misma este jueves, junto a su abogada Carla Martí, que ha tildado de «calvario» lo vivido por su representada hasta que dimitió en mayo de 2019.
Según el relato de Linares, que también ejerció como delegada del organismo en el Baix Llobregat , tras finalizar su idilio con Josep Llaó Llusà -ahora vicepresidente de la federación-, éste comenzó a decirle «qué tenía que votar, qué tenía que decir y qué tenía que hacer», ha asegurado la perjudicada.
Según su versión, al negarse, comenzó la persecución. «Si no haces esto estarás en la lista negra», le espetaron. Linares atribuye el acoso laboral a Llaó , aunque en 2019, con el cambio de junta directiva, se extendió a otros dos miembros más: el presidente Joan Soteras y José Miguel Calle, director de la liga catalana de fútbol sala.
No ceder a las presiones supuso, ha explicado Linares, ser víctima de burlas, acusaciones de mentir e incluso « llegaron a controlarle el teléfono móvil », según ha denunciado su abogada. "Había una obsesión de control y machismo de la junta directiva hacia ella", ha señalado Martí.
Esta situación llevó a que la mujer presentase su dimisión mediante una carta en mayo de 2021. En el acto de conciliación laboral -previo a presentar una demanda judicial-, el organismo pidió a Linares que se retractase, pero esta se negó. Entonces la Federación le envió un burofax, y ocho meses más tarde se ha querellado contra ella por presunta estafa y falsedad documental.
Querella por «viajes no justificados»
El ente acusa a Linares de haber realizado «viajes no justificados» con sus fondos y le exige una cuantía de 78.000 euros . Según ha explicado ella misma, los desplazamientos los realizó cuando Llaó era tesorero de la federación, y por tanto, éste tuvo conocimiento de los mismos. Ella niega que fuera así, y tendrá que declarar ante un juzgado de Barcelona. «Como delegada comarcal y directiva, tenía plena autorización para ir a actos», ha subrayado.
Según indica la abogada de la perjudicada, si en dicho acto de conciliación la federación no admite lo ocurrido, esta iniciará un procedimiento penal por acoso. Linares ha indicado además: «Me he sentido acosada por el hecho de ser mujer. Además, era la única mujer [en la junta]».
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