Teresa Giménez Barbat - Agenda europea

Europa, Europa

Cameron no ha conseguido su objetivo, que no era otro que el de detentar el poder cuanto más tiempo mejor

El Reino Unido podrá formar parte de las estructuras de la Unión Europea o no -hasta 1974 no entró en la antigua Comunidad Económica Europea-, pero siempre será Europa.

Un problema de política doméstica, incluso de política de partido, como la lucha por el poder entre euroescépticos y proeuropeos dentro del Partido Conservador de Cameron, ha llevado a Europa a una situación dificilísima.

Cameron no ha conseguido su objetivo, que no era otro que el de detentar el poder cuanto más tiempo mejor, para eso convocó el referéndum. Quería frenar a la UKIP con la promesa del referéndum. Su dimisión es poco castigo para su irresponsabilidad. No hay duda de que parte de los que votaron Brexit no lo hicieron contra Europa sino contra Cameron o, en Escocia, con la esperanza de poder convocar un segundo referéndum.

El partido de Gobierno británico quedará en manos de un euroescéptico y la sociedad británica vivirá la profunda división que siempre genera el nacionalismo. Paradojas de la Historia: Churchill, del mismo partido que Cameron, salvó a Europa. Este, 70 años más tarde, le da una estocada.

Europa vivirá momentos de zozobra, el Brexit es un estímulo para todos los ultras, xenófobos y antieuropeos: Lepen y todos sus colegas se frotan las manos, pedirán referéndums, supresión del euro, cierre de fronteras, una pesadilla. Fernando Trias de Bes en su laureado cortometraje «La Gran invención» dibujó este escenario.

Además, todos los separatistas en todos los rincones de Europa, entre ellos los de aquí, verán una rendija para reclamar su independencia y un nuevo argumento: si UK puede nosotros también.

¿Qué debe hacer Bruselas? La unión es lo que los estados miembros han querido que sea a día de hoy. Es compleja, tiene varias velocidades de integración y sufre tensiones y problemas internos pero los países miembros están todos, sin excepción, infinitamente mejor que los que no lo son tanto en seguridad jurídica, como económica y socialmente.

La Unión debe negociar con Londres buscando el beneficio de los otros 27 estados miembros y también de los ciudadanos y empresas europeas instaladas en las Islas Británicas. Tiene dos años para ello, y el plazo de duelo para ponerse a trabajar, como ha dicho el Presidente del Parlamento, Schulz, debe ser breve.

Además, y eso es lo más importante, la Unión Europea debe replantearse cómo sigue adelante: solo la federalización, profundizar en los lazos entre los 27, armonizar e integrar, es el futuro. Europa, como institución, debe ser menos compleja, más cercana y más comprensible. Debe ser más real para que sea valorada en la importancia capital que tiene para evitar que los fantasmas del pasado vuelvan a campar en nuestro continente.

La desintegración no es una opción, solo más Europa es la solución.

TERESA GIMÉNEZ BARBAT ES EURODIPUTADA DEL GRUPO ALDE@gimenezbarbat

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