Mª Eugènia Gay - Crónicas pandémicas con...
Teletrabajando para garantizar el derecho de defensa
«Son momentos difíciles, por ello quiero agradecer la labor de todos los y las profesionales sanitarios y otros servicios esenciales que están trabajando incansablemente para superar esta situación»

A raíz del Estado de Alarma por la COVID-19 estoy trabajando desde casa, en Barcelona, combinando el cuidado de mis cuatro hijos, la gestión de los asuntos del despacho y ejerciendo con responsabilidad el cargo de Decana del Colegio de la Abogacía de Barcelona, una de las instituciones jurídicas más importantes de Europa, que representa a un colectivo de casi 25.000 abogados y abogadas y una plantilla de 200 personas.
Durante los primeros días, especialmente intensos, focalicé mis esfuerzos para asegurar que el Colegio continuara prestando sus servicios a través del teletrabajo, intentando mantener el ritmo normal de actividad mediante el Servicio de Atención al Colegiado, el Servicio de Orientación Jurídica, implementando las clases Online para que los alumnos pudieran completar sus cursos y Másters y promoviendo la formación gratuita en streaming para seguir ofreciendo contenidos jurídicos de actualidad, como los nuevos criterios en materia de honorarios.
Otra prioridad fue garantizar la Abogacía como servicio esencial de nuestro Estado de Derecho, sobre todo el que se presta a través del Turno de Oficio y Asistencia al Detenido, pues con enorme valentía y compromiso están en primera línea velando por el derecho de defensa de la ciudadanía; así se puso a su disposición de manera inmediata todas las medidas que las autoridades recomendaron, y se trabajó con ahínco para que las primeras asistencias al detenido fueran mediante videoconferencia.
La suspensión de la actividad jurisdiccional está comportando un grave perjuicio. Por ello la Junta de Gobierno aprobó un paquete de medidas para los colegiados y colegiadas que contempla el aplazamiento de cuotas entre tres y seis meses y una dotación extraordinaria de 100.000 euros a nuestra fundación Degà Ignasi de Gispert, para distintas necesidades individuales. También la Comisión de normativa del ICAB está elaborando propuestas para poder afrontar el «parón judicial».
Diariamente repaso con mis socios de Gay-Rosell & Solano los expedientes y la gestión de la firma. Y toda esta actividad colegial y profesional la debo compatibilizar con el cuidado de mis cuatro hijos, que no tienen colegio. No está siendo nada fácil, pero he flexibilizado las rutinas...ya tendrán años para dedicarse a estudiar.
Estos días he recuperado dos aficiones: la cocina y mi amor por la lectura. Y gracias a las nuevas tecnologías y redes sociales, un gran apoyo en estos momentos, estoy permanentemente conectada con mis allegados e instituciones. Son momentos difíciles, por ello quiero agradecer la labor de todos los y las profesionales sanitarios y otros servicios esenciales que están trabajando incansablemente para superar esta situación.