ERC estalla contra el Gobierno y frena el pacto entre Junts y PSC para hacerse con TV3
Amenazó con dejar de apoyarle si perdían el control de los medios de comunicación públicos catalanes
Esquerra ha amenazado a Pedro Sánchez con hacer caer al Gobierno si no abortaba la operación que han emprendido Junts y PSC para cambiar a los directores de TV3 y Catalunya Ràdio . Descartada la independencia, la dinámica autonomista ha roto la política de bloques, y ERC es el enemigo a batir en su carrera por convertirse en el partido hegemónico de Cataluña, como hasta 2012 lo fue la desaparecida Convergència i Unió.
Entre ERC y Junts se recrudece cada día el odio y la guerra fratricida. Los republicanos, en cambio, no sienten ninguna animadversión especial por los socialistas, pero quieren disputarle su espacio electoral, sobre todo el del área metropolitana, de modo que no está en su estrategia hacerles ninguna concesión.
En la línea del pacto que alcanzaron por hacerse con la Diputación de Barcelona, Junts y el PSC habían acordado cambiar a la cúpula directiva de los medios de comunicación públicos catalanes y de sus órganos rectores. Para sustituir al actual director de TV3, Vicent Sanchis, habían consensuado el nombre del periodista Sígfrid Gras. En sustitución de Saül Gordillo, director de Catalunya Radio, el nombre era el del actual jefe de programas, Jordi Borda. El pacto también afectaba al Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) para cuya presidencia Junts pretendía recuperar a la orgánica Núria Llorach, y para la Xarxa Audiovisual Local (XAL), el PSC quería repescar al exdirector de ‘El Periódico’ Enric Hernández.
Pero lo que parecía cerrado e inminente saltó el mediodía del miércoles por los aires cuando Esquerra advirtió la maniobra. La amenaza de los republicanos fue contundente e inequívoca: si el pacto salía adelante, dejarían caer al Gobierno. Sánchez, sumido en múltiples y graves crisis de toda índole decidió no tomar más riesgos y ordenó al PSC congelar los acuerdos con el partido de Carles Puigdemont.
En Junts, el arquitecto del entendimiento con los socialistas es Jordi Sánchez. En el PSC, su primer secretario, Salvador Illa. Para ERC, el cambio de nombres habría supuesto más una derrota política que una pérdida de poder real. Para los socialistas habría sido otro paso en su objetivo de situarse en la centralidad de la política catalana. Para los postconvergentes, más una victoria simbólica sobre su enemigo acérrimo que la recuperación de sus viejas posiciones.
Pero el Gobierno, en el momento de mayor tensión de la legislatura, no ha querido arriesgar su estabilidad parlamentaria con una Esquerra que, una vez conseguidos los indultos, tiene poco que obtener de un PSOE desgastado , sin un horizonte claro, con poco más que ofrecer a sus socios y con una vital dependencia de ellos.
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