María Jesús Cañizares - El Mentidero

El encuentro borbónico de la CUP

Es curioso que uno de los damnificados del proceso secesionista sea el primer convergente que confesó públicamente su independentismo

Mientras la CUP promueve en el Ayuntamiento de Barcelona la eliminación de los Borbones en el callejero, su líder actual, Antonio Baños, utiliza el Snack-bar Carles I, situado en la calle Marina, como punto de encuentro. Hay que aclarar que este establecimiento «monárquico» regentado por una encantadora familia de origen chino, está muy cerca de la sede de la formación antisistema y que todo purismo tiene un límite. El enfrentamiento entre el dogmatismo de la CUP y el gregarismo de Convergència en torno a la figura de Artur Mas se encuentra en tablas. Los antisistema dejan en manos de su militancia decidir si invisten o embisten definitivamente al dirigente nacionalista. Parecía que la decisión estaba tomada, pero no es fácil poner obstáculos a la formación de un gobierno independentista o arriesgarse a un nuevo adelanto electoral con el «souflé» secesionista completamente desinflado. De ahí que surjan propuestas para salvar a Mas, como la de un Ejecutivo colegiado con un presidente «de honor». ¿Algo así como un rey que no gobierne? Interesante.

Siguiendo con este «Juego de Tronos» asambleario, la CUP pide la cabeza de Felip Puig y de Boí Ruiz, actuales consejeros de Empresa y Salud de la Generalitat, respectivamente. En el caso de Puig, es su pasado como responsable de Interior lo que irrita a los antisistema. Es curioso que uno de los damnificados del proceso secesionista sea el primer convergente que confesó públicamente su independentismo. Él hace tiempo que se siente en la cuerda floja, así lo ha confesado en privado, pues recordemos que, dentro de CDC, Puig y Mas siempre pertenecieron a «familias» diferentes. Ahora sabemos, gracias lo publicado por Lola García en La Vanguardia, que Puig fue uno de los consejeros críticos con la declaración de ruptura firmada por Junts pel Sí y la CUP. Definitivamente, la cosa se le complica.

Ruiz, por contra, no abrió la boca, pero quienes le conocen saben de su rechazo a la aventura separatista. Y también de su paciencia a la hora de aguantar los golpes que iban dirigidos a los recortes aplicados en la sanidad pública por Artur Mas y Andreu Mas-Colell, titular de Economía y también crítico con el chantaje de la CUP.

Convergència aguanta la presión y amenaza con un nuevo avance electoral si Mas no es investido presidente. Ninguneados durante días por sus virtuales aliados, la formación conocida antes como nacionalista -«God save Prince»- airea como victoria pírrica haberle colado a la CUP un párrafo en la citada declaración que confirma «la voluntad de inicio de negociaciones para hacer efectivo el mandato democrático de creación de un estado catalán independiente en forma de república y, asimismo, lo pone en conocimiento del Estado español, de la Unión Europea y del conjunto de la comunidad internacional». Es decir, que de ruptura exprés, como mandan los antisistema, nada de nada.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación