El disputado cortejo de los congresistas americanos
Sociedad Civil, el Gobierno y la Generalitat explican en sucesivas reuniones a dos miembros del Congreso de los Estados Unidos visiones contrapuestas del proceso soberanista

Nunca nadie había sido tan cortejado. La visita a Barcelona de los congresistas norteamericanos Dana Rohrabacher (republicano) y Brian Higgins (demócrata) propició ayer un inusual despliegue de paradiplomacia. En sucesivos encuentros, ambos se reunieron primero con representantes de Sociedad Civil y otras entidades contrarias al proceso, luego hicieron lo propio con el delegado en el Gobierno Enric Millo, para acabar su «tourné» catalana con una reunión y cena en el Palau de la Generalitat con el presidente Puigdemont y la plana mayor de su gobierno . En el edificio gótico sede del gobierno catalán hasta sonó en el carrillón el himno de los Estados Unidos, lo que los visitantes, mano en el pecho , acogieron con simpatía. Todo gesto vale.

Visiones en cualquier caso contrapuestas para intentar entender el momento político en Cataluña. Los dos congresistas son miembros del Subcomité de Europa de la Cámara de Representantes y visitan varios países europeos estos días, en una agenda básicamente centrada en temas de seguridad, aunque con un alto en el camino en Barcelona, con el caso catalán encima de la mesa.
Por orden cronológico, el primer encuentro fue con SCC, que señaló a los norteamericanos que «la mayoría de los catalanes no desea la independencia», advirtiéndoles de la «gravedad» de la situación creada por el gobierno de la Generalitat y de los partidos secesionistas, «que se niegan a respetar el Estado de Derecho y la democracia».
A favor de la consulta
Tras SCC se reunieron con Enric Millo y mandos policiales, en un encuentro que según fuentes de la Delegación del Gobierno se centró principalmente en temas de seguridad, que es de hecho el motivo del viaje de los congresistas a Europa. Según explicó el propio Millo, Rohrabacher, ya convencido de antemano, se mostró favorable a la celebración de un referéndum, en una opinión que el delegado del Gobierno valoró como «personal y simpática» . El norteamericano vino a decir que con la consulta, y dando por hecho de que ganaría el no, se acabaría la discusión. En cualquier caso, se insistió desde la Delegación, el motivo del viaje a Barcelona de los congresistas no era tanto el proceso como aspectos de seguridad.

Todo lo contrario de lo que se sostiene en la Generalitat, obviamente, que vendió la reunión de ayer como la culminación de una semana que presentan como gloriosa para sus «foreign affairs» tras el encuentro de Puigdemont con el expresidente Jimmy Carter el pasado viernes en Atlanta.
Los congresistas fueron recibidos por el propio Puigdemont, así como por el consejero de Asuntos Exteriores, Raül Romeva. Tras la reunión, Puigdemont ofreció una cena a Rohrabacher y Higgins, a la que también asistieron el vicepresidente del gobierno catalán, Oriol Junqueras, Romeva, el secretario del Govern, Joan Vidal, y el delegado de la Generalitat en Estados Unidos, Adrew S. Davis.
La visita de los congresistas prosigue hoy en Madrid , donde mantendrán un encuentro con el secretario de Estado de Seguridad y el ministro de Exteriores.
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