Desciende el uso del preservativo entre los jóvenes de las clases sociales más bajas
Los adolescentes de Barcelona pertenecientes a familias más desfavorecidas lo utilizaron un 20 por ciento menos entre 2004 y 2012
El uso del preservativo entre los jóvenes de 17 a 19 años de Barcelona disminuyó entre los años 2004 y 2012 , sobre todo entre los adolescentes pertenecientes a las clases sociales más desfavorecidas. Los expertos atribuyen la causa de este descenso a un mayor uso de la píldora anticonceptiva, por parte de las chicas, y al del «coitus interruptus», por parte de los chicos, y no al acceso a la píldora de emergencia. Así lo apuntan los resultados de una investigación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), publciada en la revista «Journal of Urban Health», que pone de relieve cómo el uso del profiláctico refleja desigualdades socioeconómicas entre los adolescentes de Barcelona.
La investigación está dirigida por Gloria Pérez , responsable de Sistemas de Información del Área de Salud Sexual y Reproductiva de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y profesora asociada en la UPF, que ha centrado su trabajo en ver las desigualdades en el uso del preservativo en jóvenes de diversas clases socioeconómicas de Barcelona.
Los resultados del trabajo revelan que entre los años 2004 y 2012 se produjo un descenso en el uso del preservativo en los chicos y chicas adolescentes de la ciudad de Barcelona, aunque el descenso más marcado fue en los jóvenes de clase social más desfavorecida.
Estos resultados se basan en las encuestas a estudiantes de secundaria realizadas durante los años 2004, 2008 y 2012 en chicos y chicas de escuelas de Barcelona, distinguiendo el nivel socioeconómico de estos según el barrio donde estudian y diferenciando también entre escuelas públicas y escuelas concertadas y privadas.
La prevalencia en el uso del profiláctico pasó del 80,5 por ciento en 2004 al 68,3 por ciento en 2012
Las respuestas indican que la prevalencia en el uso del preservativo pasó del 80,5 por ciento en 2004 al 68,3 por ciento en 2012 y que las chicas lo utilizan menos frecuentemente : el 64,7 por ciento de las chicas encuestadas en 2012 afirmó haber utilizado condón durante su última relación frente al 76,2 por ciento los chicos.
Según la autora del estudio, «los adolescentes parecen seguir una tendencia diferente en el uso del preservativo según la clase social a la que pertenecen». Aunque no hubo diferencias destacables en el uso del preservativo por parte de hombres y mujeres de nivel socioeconómico alto entre los años 2004 y 2012, el cambio se dio en aquellos hombres y mujeres que pertenecen a un nivel socioeconómico más bajo.
Escuelas concertadas y privadas
Los chicos pertenecientes a un bajo nivel socioeconómico redujeron en un 20 por ciento el uso del preservativo, pasando del 91 por ciento en 2004 al 69 por ciento en 2012. «De manera no tan drástica, pero también preocupante, es el descenso en el caso los chicos que estudian en escuelas concertadas y privadas, donde quienes afirmaban haber utilizado condón durante su última relación sexual disminuyó en un 10 por ciento », según Pérez.
Según la autora, estos resultados podrían deberse al incremento en el uso de la píldora anticonceptiva por parte de las chicas y al del «coitus interruptus» en los chicos y no cree que se pueda atribuir a la mejora en el acceso a la píldora de emergencia, como ocurre en otros países, donde la píldora del día después también se vende sin prescripción médica.
«No solo hay que explicar qué es la reproducción, sino cómo se usa el preservativo»
Gloria Pérez
Gloria Pérez atribuye estos hechos a las carencias en la educación afectiva y sexual por parte de escuelas y familias, informa Efe. «No sólo hay que explicar qué es la reproducción, sino cómo se usa el preservativo. También es necesaria educación sexual y afectiva, haciendo hincapié en todos los aspectos de la sexualidad, y reforzar habilidades para negociar el método anticonceptivo con la pareja, y saber decir 'no' si no hay acuerdo", ha señalado Pérez
Aumentar la cobertura de los programas de educación sexual y afectiva en los centros educativos de la ciudad de Barcelona, extender los programas de educación afectivo sexual y promover el acceso universal a la anticoncepción en la adolescencia son algunas de las recomendaciones que Pérez da para fomentar el uso del preservativo.